Un país diferente

Un país diferente
El sector productivo panameño, genera empleos y oportunidades para que las personas puedan cumplir sus sueños y definir su forma de vida. Foto, Henry G. Kinkead M.

No es aceptable que el diálogo se base en irracionalidades o agendas ideológicas sin sentido. Reclamamos nuestro derecho a participar en el diálogo, ya que, sin la empresa privada, no hay soluciones efectivas.

Desde antes de la pandemia, el Consejo Nacional de la Empresa Privada ha planteado la necesidad de fortalecer la institucionalidad democrática, la transparencia y la lucha contra la corrupción, para que nuestro país pueda generar un entorno que permita el desarrollo social y el progreso.

 En esta coyuntura, hemos sido determinantes en solicitar un diálogo nacional que, sin sesgos de ninguna clase, logre establecer un camino común para avanzar en temas de Estado.

Hemos insistido, de forma persistente, en la necesidad de terminar con la práctica del cierre de vías. El drama social que afrontamos se expresa dramáticamente en desabastecimiento de alimentos e insumos médicos, pérdidas de citas médicas, afectación grave del aparato productivo, además de un largo etcétera.

No es aceptable que el diálogo se base en irracionalidades o agendas ideológicas sin sentido.

Reclamamos nuestro derecho a participar en el diálogo, ya que, sin la empresa privada, no hay soluciones efectivas.

Promover una matriz de opinión basada en el ataque al sector empleador, corresponde a una visión regresiva que busca imponer ideas de vigencia expirada.

El sector productivo panameño, genera empleos y oportunidades para que las personas puedan cumplir sus sueños y definir su forma de vida.

Resulta evidente, que el sistema de libre empresa es el indicado para innovar, crear y desarrollar ideas que se concreten en actividades productivas que contribuyen con el bienestar colectivo.

La historia determina con claridad, que sin libertad es imposible vivir y que la democracia liberal es la que sirve de plataforma para el progreso.

Un país diferente se ampara principalmente en instituciones fuertes, en una determinante separación de poderes y en una justicia imparcial y expedita.

Nuestros gobernantes deben saber que su responsabilidad es cumplir con la Constitución y las leyes, de las cuales tienen que ser prisioneros. Tienen que actuar con la convicción de que la transparencia y la probidad deben ser un estado permanente de sus conciencias. La corrupción y el abuso no deben existir.

CoNEP siempre estará al frente de los esfuerzos por edificar un país diferente, con oportunidades para todos.

 

 

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