“Llamo a que se detengan de inmediato todas las actividades militares en las inmediaciones de la planta y a que no se apunte a sus instalaciones o alrededores”, señaló en una declaración el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
La ONU presionó este jueves a Rusia y Ucrania para que eviten a toda costa un desastre nuclear en la central ucraniana de Zaporiyia, ocupada por fuerzas rusas y objeto de recientes ataques, mientras Moscú y Kiev volvieron a responsabilizarse mutuamente de la peligrosa situación en la mayor planta atómica de Europa.
“Llamo a que se detengan de inmediato todas las actividades militares en las inmediaciones de la planta y a que no se apunte a sus instalaciones o alrededores”, señaló en una declaración el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
El portugués volvió a dar la señal de alarma sobre la situación en Zaporiyia apenas unas horas antes de que el Consejo de Seguridad se reuniese de urgencia para analizar la cuestión, una cita que estuvo marcada por las advertencias sobre el riesgo de una catástrofe nuclear y los cruces de acusaciones.
Según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), la situación en la central es “alarmante”, aunque los análisis preliminares efectuados por sus expertos indican que no hay “una amenaza inmediata” a la seguridad nuclear tras los recientes ataques, a pesar de que causaron ciertos daños a las instalaciones y han limitado su conexión eléctrica.
“Con arreglo a la información más reciente proporcionada por Ucrania, expertos del OIEA han concluido preliminarmente que no hay una amenaza inmediata a la seguridad nuclear como resultado de los bombardeos u otras acciones militares recientes. Sin embargo, esto podría cambiar en cualquier momento”, dijo al Consejo de Seguridad el director general del OIEA, Rafael Grossi.
El diplomático argentino insistió en que todas las actividades militares en esa zona deben detenerse inmediatamente y pidió a todos los bandos que trabajen juntos para evitar una “catástrofe nuclear”.
En esa línea, Guterres reclamó que se retiren todas las tropas y equipamiento militar de la planta y que se acuerde con urgencia una fórmula técnica para desmilitarizar toda una zona de seguridad a su alrededor.
Rusia, que controla la instalación casi desde el inicio de la guerra, insistió en que sus fuerzas han garantizado en todo momento el funcionamiento adecuado de la planta y dijo que todos los problemas los han causado ataques ucranianos.
“Los criminales ataques de Kiev contra infraestructuras nucleares están poniendo al mundo al borde de una catástrofe nuclear comparable en escala a la de Chernóbil”, señaló el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia.
Autoridades ucranianas han acusado a Rusia de haber lanzado esos ataques, algo que hoy reiteró su representante en Naciones Unidas, Sergiy Kyslytsya, que aseguró que Moscú organizó esas acciones a modo de “provocación”.
Mientras, su homólogo ruso consideró esa idea como algo “absurdo”, ya que son tropas rusas las que controlan la planta y recriminó a las potencias occidentales que no hayan denunciado las acciones ucranianas.
Estados Unidos y sus aliados responsabilizaron hoy a Rusia de la situación por haber ocupado la central atómica e insistieron en que las tropas deben salir de ahí inmediatamente.
“La causa de la situación en la planta de Zaporiyia no es un misterio. Es otro trágico resultado de la decisión de la Federación Rusa de invadir a su vecino”, dijo la subsecretaria de Control de Armamentos y Seguridad Internacional de EE.UU., Bonnie Jenkins.
Mientras, todos los miembros del Consejo de Seguridad respaldaron el envío de un grupo de expertos del OIEA para evaluar el estado de la central, una misión que este organismo tiene lista desde junio, pero que hasta ahora no ha podido efectuarse.
Tanto Rusia como Ucrania recalcaron durante la reunión que apoyan esa visita, pero todavía está por garantizarse que todas las partes acepten las condiciones necesarias.
“Nuestra presencia en la planta nuclear de Zaporiyia ofrecería una influencia estabilizadora. Hemos estado listos desde junio, pero por factores políticos y otras consideraciones, la misión no ha sido posible. No podemos permitir que esos factores nos retrasen más”, señaló hoy el jefe del OIEA.