Conmemorando hoy, 5 de septiembre, el Día Internacional de la Mujer Indígena, se recuerda a Bartolina Sisa, quien fue asesinada en 1782 por defender los derechos humanos de su pueblo Quechua.
En esta fecha, vale recordar el legado de esta valiosa mujer suramericana que ofrendó su vida por la dignidad de su pueblo. Para la Coonapip, es oportuno resaltar los aportes de las mujeres originarias de los 7 pueblos y las 12 estructuras de congresos y consejos de los territorios indígenas de Panamá.
En un comunicado, destacó que “no solo como hijas, madres, esposas, hermanas y abuelas, la mujer indígena ha contribuido a fortalecer las raíces de nuestras culturas, preservar nuestras tradiciones y costumbres, ha luchado de la mano con los hombres para garantizar su seguridad territorial, y han levantado su voz siempre en defensa de sus derechos humanos”.
Hoy, según Coonapip, luego de años de lucha y esfuerzo continuo, el liderazgo de la mujer indígena es cada vez más fuerte y su participación en los territorios en la toma de decisiones, así como su liderazgo en el campo político, profesional, cultural y económico, es innegable y trae consigo invaluables aportes a favor del bienestar de su pueblo.
Así, la mujer indígena en Panamá hoy son Autoridades máxima de sus territorios, presidentas de congresos, autoridades políticas electas, delegadas indígenas, profesionales en diferentes campos del quehacer nacional, sin olvidar su papel intrínseca de mujer originaria que han hecho historia en este país, muchas veces de manera silenciosa.
Esta fecha también es para reflexionar sobre la realidad de la mujer indígena panameña que históricamente ha sido objeto de abuso, discriminación y se le ha negado sus derechos fundamentales solo por ser mujer, por ser indígena y por sus costumbres bien arraigadas que se reflejan en su forma de vestir, su lengua y sus tradiciones ancestrales.
A pesar de todo esto, hay que reconocer la valentía de la mujer indígena panameña que no ha claudicado jamás ante los embates de la desigualdad, la discriminación y el racismo, y se han levantado ante la adversidad para seguir luchando por la unidad de sus pueblos, consolidando el legado de sus líderes ancestrales, preservando, protegiendo y garantizando la continuidad de su pueblo y de su historia.
Las máximas autoridades de la Coonapip expresan su reconocimiento a todas las mujeres indígenas de Panamá por su valiosa participación en las luchas que se han desarrollado a través de los tiempos por garantizar la seguridad territorial, la conservación de sus recursos naturales y, sobre todo, su aporte inigualable para mantener las tradiciones y culturas de cada pueblo: Ngäbe, Buglé, Guna, Emberá, Wounaan, Bribrí y Naso.