Nuestro aporte a Panamá

Nuestro aporte a Panamá
El autor es presidente de la Sección de Panamá del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos. Foto, IEEE.

Sin lugar a dudas, el balance desde que empezamos el camino aquel 12 de setiembre de 1972 es alentador. No obstante, jamás debemos quedarnos con los brazos cruzados disfrutando de los éxitos del pasado.

El próximo 12 de setiembre festejamos un día histórico en los registros de la  Ingeniería de Panamá, porque esa fecha marcó un punto de inflexión para los profesionales de esta disciplina en el país.

Durante ese mes de 1972 ,un grupo de visionarios culminó un proceso iniciado unos meses atrás, con el fin de que nuestra nación se integrara a la red mundial de secciones del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE, siglas en inglés), el foro más grande del mundo que agrupa a estos profesionales y que en la actualidad está formado por un aproximado de 400 mil personas en los cinco continentes.

Hoy, cuando ya casi llegamos al medio siglo de habernos unido a IEEE, debemos resaltar que el trabajo del primer Comité, integrado por los ingenieros: Carlos Rodríguez, Hermán Acevedo, Antonio Raven, Oswald Cleghorn, Roberto Barraza y Daniel George, cayó en suelo muy fértil habida cuenta de que los frutos se pueden notar por doquier.

En todo ese tiempo la Sección de IEEE-Panamá ha permitido que miles de profesionales hayan accedido a gran cantidad de eventos relacionados con esta disciplina, desde la seguridad eléctrica hasta la robótica pasando por la biomedicina, que permitieron mantenerse a la vanguardia en un campo donde lo único permanente es la innovación.

Hace ya varios años la Sección de IEEE-Panamá se posicionó como una de las más activas de Centroamérica e incluso de Latinoamérica, gracias al apoyo de un grupo de ingenieros y estudiantes que han dedicado miles de horas a la planificación, logística y puesta en práctica de eventos que promovieron temas como las carreras STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas en inglés).

Poco a poco hemos ido contribuyendo de manera significativa a visibilizar el aporte de las mujeres panameñas en las carreras STEM y creado ramas de alumnos en las universidades más importantes de Panamá, donde cientos de jóvenes han formado una masa crítica deseosa de formar parte de los planes de estudio de Ingeniería.

Sin lugar a dudas, el balance desde que empezamos el camino aquel 12 de setiembre de 1972 es alentador. No obstante, jamás debemos quedarnos con los brazos cruzados disfrutando de los éxitos del pasado.

Más bien esos triunfos deben ser tomados como lecciones aprendidas, obtener conclusiones valiosas y fijarnos nuevas metas para los próximos años siempre pensando en el avance de la tecnología en beneficio de la humanidad.

 

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