El Tapón del Darién o la ruta de la muerte

El Tapón del Darién o la ruta de la muerte
El autor es licenciado en Contabilidad, CPA, posee MSc y es ciudadano toleaño. Foto, cortesía.

Panamá debe abrir al debate y encontrar fórmulas de expandir la vía Interamericana, que se conecte con Suramérica y buscar acuerdos con la República de Colombia, con el propósito de unir la comunicación.

El Tapón del Darién, territorio fronterizo con la República de Colombia, guarda en su selva, historia de terror, sueños truncados, familias que nunca más se van a encontrar, tema del cual, hasta el presidente de Colombia, recientemente se ha referido en denominarlo el Camino de la Muerte.

En lo que va del año 2022, han transitado más de 150 mil personas por la selva en busca de una ruta para llegar a un territorio seguro, huyendo de lo que fuere, condiciones sociales, económicas o políticas de su lugar de origen, en fin, en busca de mejores dias para ellos y sus familias.

Según reportes, tanto periodísticos como de algunas ONGs, en lo que ha transcurrido del presente año, por los menos unas 150 personas han quedado sepultadas en la selva, amén de aquellas que han sido víctimas de agresiones, físicas, sexuales, económicas y hasta de la propia naturaleza, entre estas, encontrarse con fauna del área.

Panamá debe abrir al debate y encontrar fórmulas de expandir la vía Interamericana, que se conecte con Suramérica y buscar acuerdos con la República de Colombia, con el propósito de unir la comunicación.

Expresar cualquier razón para no voltear la mirada a esta realidad no tiene sentido. La cantidad de personas que han cruzado la selva y llegado a Panamá, han indicado que el Tapón del Darién ya no existe.

Hace unos dos años don Carlos Ernesto González de la Lastra, propuso empezar a trabajar en lograr un ferrocarril que una a Panamá con Colombia.

Esto permitiría que Panamá lograra mirar hacia el sur en cuanto al comercio y evitaríamos que una ruta que ha sido usada por migrantes, con el propósito de buscar mejores días, también contribuya y brinde beneficios del comercio en Suramérica.

No hay razón de ninguna naturaleza, que impida que se hagan las consideraciones necesarias para impulsar un proyecto de comunicación desde Panamá y prolongar la comunicación hacia el sur. Una vez más, Panamá contribuiría a ser parte de la necesaria comunicación, convirtiéndolo en una acción global.

Justificar no hacerlo por cualquier razón ya no tiene sentido, existen muchos modelos que se han realizado en países en el mundo, incluso del área de América, que permiten mantener la biodiversidad de la región. La penetración de los migrantes ha superado cualquier excusa para hacer un proyecto en el area.

La inversión extranjera, la reactivación económica, resolver un problema humano, convertir a Panamá en una opcion global, y la generación de empleo en esta economía que no despega, será la alternativa a través de la construcción de un ferrocarril de Panama a la frontera con Costa Rica y de Panamá a la frontera con Colombia.

De toda esta inversión, en efecto una sigue siendo en el área metropolitana, pero contribuir a reconocer al sector este de Panamá, por medio de la inversión que llegue a la región darienita y traspasar fronteras, con ello mejoran las condiciones de vida de los panameños, la comunicación, el comercio y resolver un drama humano.

Cuando la informalidad supera la formalidad del empleo, las condiciones de deuda  país y la necesidad de recaudación de impuestos, los inciertos temas vinculados a la Caja de Seguro Social, todo ello propicia un clima nada halagador para la nación, los ciudadanos, el desarrollo económico, social, educativo y la condición humana. Aprovechar esta ruta ya definida y dejar de lado meros conceptos de excusas, que hoy día han sido superados, convertirá la Ruta de la Muerte en la comunicación con Suramérica.    

 

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