Pese a que el alcohol puede reducir la ansiedad y disminuir, por un momento, las inhibiciones, también puede desencadenar una actividad cerebral que, tal vez, empeore los síntomas de depresión o ansiedad.
P: Hace poco, empecé a tomar antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), pero no sé muy bien si es seguro ingerir alcohol. Algunas fuentes de internet afirman que no hay problema, otras dicen que lo evite por completo. ¡Ayúdenme!
R: Es muy común que muchos profesionales de la salud que recetan tratamientos para la depresión y la ansiedad lidien con la preocupación de si es seguro (o incluso recomendable) ingerir alcohol cuando se está tomando algún antidepresivo.
“Los pacientes siempre me dicen: ‘Voy a salir a beber unas copas con amigos esta noche, así que no tomé la dosis que me tocaba”, señaló Sarah Ramsay Andrews, una psiquiatra de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Pero nunca es buena idea saltarse una dosis, comentó Jody Glance, especialista en medicina de las adicciones en el Centro Médico de Occidente para la Salud Mental de la Universidad de Pittsburgh, ni siquiera si sales de copas con tus amigos. “Cuando la gente deja de tomar sus medicamentos por uno o dos días, es frecuente que no vuelva a tomarlos y eso puede dar paso a una recurrencia de la ansiedad o la depresión”.
Además, añadió, qué tan seguro es beber alcohol cuando se están tomando antidepresivos depende de la clase de antidepresivos que se estén consumiendo, y quizás una copa de vez en cuando no le haga mucho daño a la mayoría de la gente si está tomando antidepresivos del tipo ISRS. No obstante, existen algunas salvedades que hay que considerar.
Los fármacos ISRS —como el citalopram (Celexa), la sertralina (Zoloft) y el escitalopram (Lexapro)— son el tipo de antidepresivos que se prescriben con mayor frecuencia. Por lo general, se usan para tratar la depresión y también pueden ser eficaces para otros padecimientos como la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo, algunas fobias e incluso el trastorno disfórico premenstrual. Su función es aumentar los niveles de la sustancia química llamada serotonina del cerebro —la cual se cree que tiene una influencia, entre otras cosas, sobre el estado de ánimo y las emociones— al impedir que se suprima después de transportar mensajes en el cerebro.
Pero a diferencia de muchos otros fármacos usados en el tratamiento de trastornos del estado de ánimo —como el alprazolam (Xanax), un medicamento para la ansiedad, o el antidepresivo tricíclico amitriptilina (Elavil)— es menos probable que los ISRS tengan interacción con el alcohol, señaló Glance.
Dicho esto, sigue siendo importante restringir el consumo de alcohol cuando se están tomado medicamentos para la depresión o la ansiedad, añadió.
Pese a que el alcohol puede reducir la ansiedad y disminuir, por un momento, las inhibiciones, también puede desencadenar una actividad cerebral que, tal vez, empeore los síntomas de depresión o ansiedad.
“Si el paciente bebe mucho, el antidepresivo no funcionará con tanta eficacia”, mencionó Andrews.
La combinación de los ISRS con el alcohol también puede aumentar los efectos secundarios del fármaco e intensificar algunas sensaciones como la somnolencia, la fatiga o los mareos, añadió Andrews. “He tenido pacientes que afirman que, al tomar una copa, se sienten como si hubieran tomado dos. Tal vez sea mayor el efecto que produce el alcohol, pero no el de esa euforia agradable, sino más bien el de sentirse decaído y melancólico”.
Beber más alcohol del que se recomienda en las guías alimentarias actuales de Estados Unidos —dos copas o menos al día para los hombres y una copa o menos al día para las mujeres— podría hacer que no se cumpla el objetivo de aminorar los síntomas de ansiedad o depresión, comentó Andrews.
Hasta hoy, no existen muchas pruebas, si es que las hay, de que sea perjudicial una copa esporádica cuando se están tomando antidepresivos del tipo ISRS. Pero sabemos menos acerca de los efectos a largo plazo cuando se consume alcohol con frecuencia, lo cual es algo que hay que investigar más, señaló Glance.
La idea de que no hay que mezclar alcohol con antidepresivos viene de investigaciones previas sobre antidepresivos anteriores que ahora se recetan con menor frecuencia. “El mensaje de: ‘No bebas si estás tomando antidepresivos’ se basa en las probabilidades de que la sedación sea más fuerte, pero se relacionaba con medicamentos anteriores, como los antidepresivos tricíclicos”, explicó Glance.
A las personas que no pueden tomar ISRS —o a quienes no les benefician— quizá les sigan recetando antidepresivos tricíclicos u otros tipos de antidepresivos que podrían interactuar con el alcohol. Glance señaló que, por ejemplo, consumir alcohol cuando se están tomando antidepresivos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) puede provocar peligrosos picos en la frecuencia cardiaca y la presión arterial que tal vez requieran hospitalización. “Cuando se está tomando algún IMAO, no es nada conveniente consumir alcohol”.
Es posible que otro antidepresivo que también se receta con frecuencia llamado bupropión (Wellburtin) aumente el riesgo de padecer convulsiones cuando se mezcla con demasiado alcohol.
Al final, comentó Glance, la mejor recomendación es la misma que para cualquier fármaco que se esté tomando: “Saber qué tipo de medicamento estás tomando y hablar con tu médico acerca del consumo de alcohol”.