Panamá destacó que la COP15 debe marcar las nuevas metas del planeta, evitando repetir los errores anteriores.
Tras varios días de intensas negociaciones, finalmente más de 190 países cerraron con un acuerdo histórico en la Conferencia de las Partes (CoP15) del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD), celebrada en Montreal, Canadá.
Diana Laguna, viceministra de Ambiente de Panamá, José Julio Casas, director nacional de costas y Mares y Shirley Binder, asesora del Despacho Superior, estuvieron presentes en esta importante cita mundial y dejaron sentada la postura de Panamá como un país líder azul.
Recientemente, Laguna tuvo una importante intervención en el segmento de alto nivel en el que participan únicamente los presidentes o ministros de ambiente de las naciones participantes, allí destacó que la COP15 debe marcar las nuevas metas del planeta, evitando repetir los errores anteriores.
Especialmente, recalcó la necesidad de tener ambiciones claras, con metas y objetivos con calidad de lenguaje que habilite los mecanismos de implementación, el flujo de fondos y movilización de recursos.
Durante los eventos paralelos de esta COP15, Panamá dejó clara la importancia de avanzar en el llamado “Target 3” de las negociaciones que exige que se conserve el 30 % de la tierra y el mar del planeta mediante el establecimiento de áreas protegidas (AP) y otras medidas de conservación basadas en áreas (OECM).
Con relación a este punto, es considerado como un éxito ya que fue aprobado en esta conferencia. En el informe final se evidencia y reproducimos textualmente: Target 3: “Garantizar y permitir que para 2030 al menos el 30 % de las aguas terrestres, continentales y costeras y marinas áreas, especialmente áreas de particular importancia para la biodiversidad y las funciones y servicios de los ecosistemas, son conservados y gestionados eficazmente a través de comunidades ecológicamente representativas, bien conectadas y equitativas”.
De igual manera se reconocen los territorios indígenas y tradicionales, asegurando que todo uso sostenible, cuando proceda en dichas zonas, sea plenamente compatible con resultados de conservación, reconociendo y respetando los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales, incluso sobre sus territorios tradicionales.
En otro aspecto de las negociaciones, también se discutió el “Target 7” que concluye en reducir los riesgos de contaminación y el impacto negativo de la contaminación de todas las fuentes, para 2030, a niveles que no sean perjudiciales para la biodiversidad, las funciones y servicios de los ecosistemas, considerando los efectos acumulativos.
En tanto, en el “Target 10” se asegura que las áreas dedicadas a la agricultura, la acuicultura, la pesca y la silvicultura se gestionen de manera sostenible, en particular a través del uso sostenible de la biodiversidad, incluso a través de un aumento sustancial de la aplicación de prácticas amigables con la biodiversidad.
Otro punto muy importante es el “Target 20” que consiste en fortalecer la creación y el desarrollo de capacidades, el acceso y la transferencia de tecnología, y promover desarrollo y acceso a la innovación y la cooperación técnica y científica. En total, son 23 objetivos globales (Targets) orientados a las medidas para la acción urgente durante la década hasta 2030.
Las acciones establecidas en cada objetivo deben iniciarse de inmediato y completarse para 2030. Juntos, los resultados permitirán el logro de los objetivos orientados a los resultados para 2050.
El informe final registra que todo lo desarrollado para alcanzar estos objetivos debe implementarse de manera coherente y en armonía con el Convenio sobre la Diversidad Biológica y sus protocolos.