El republicano Kevin McCarthy tampoco logró ser elegido presidente de la Cámara Baja estadounidense en la segunda votación celebrada este martes tras el arranque del 118 Congreso, por la oposición de varios miembros del ala derecha de su propio partido.
McCarthy necesitaba 218 votos para ser elegido como portavoz de la Cámara de Representantes y solo consiguió 203, los mismos que en la primera ronda, por lo que tendrán que celebrarse sucesivas votaciones, una situación que no se producía desde hace un siglo.
En esta segunda votación participó también como nominado el congresista republicano Jim Jordan, que obtuvo 19 votos, nueve más que el también republicano Andy Biggs, candidato en la primera votación que se ha celebrado al arranque de la jornada.
El candidato demócrata, Hakeem Jeffries, de Nueva York, obtuvo 212 votos, con el consenso del Partido Demócrata. Faltó el voto del legislador demócrata Donald McEachin, fallecido en noviembre.
Tras no haber logrado ningún candidato los 218 votos necesarios, tendrán que celebrarse sucesivas votaciones hasta que él u otro candidato cuente con la mayoría necesaria. Los republicanos controlan la mayoría de la Cámara Baja con 222 de los 435 escaños.
Ya antes de entrar en el pleno, McCarthy había admitido que no contaba con los votos suficientes para convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, aunque aseguró que seguiría dando la batalla para conseguirlos.
La última vez que se necesitó más de una votación para elegir al “speaker” fue hace exactamente un siglo. En 1923, el presidente de la Cámara fue elegido en una novena votación, mientras que en 1869 se logró tras 60 votaciones, un proceso que se alargó durante dos meses.
La Cámara baja no puede dirimir ningún asunto hasta que sea elegido su presidente, que es la tercera autoridad de Estados Unidos, después del presidente, Joe Biden, y de la vicepresidenta, Kamala Harris, quien también preside el Senado.
La revuelta contra McCarthy ha sido liderada por un pequeño grupo de legisladores ultraconservadores agrupados en el llamado Freedom Caucus.
Algunos de ellos comparecieron ante los medios para confirmar que no iban a apoyar a McCarthy y reprochar que el candidato a presidir la Cámara pretendiera su “sumisión” sin condiciones, en palabras del representante por Florida Matt Gaetz.
El congresista californiano Scott Perry recordó que hace tiempo le enviaron a McCarthy sus demandas, como el cambio de reglamento de los debates o los nombres que quieren poner al frente de los comités de la Cámara, pero este no ha querido negociar hasta última hora.
En sus declaraciones a la prensa, McCarthy criticó que haya miembros de su partido que se oponen a su nombramiento porque piensan más “en sus cargos que en el país”.
“Probablemente tendremos una batalla en el pleno, pero la batalla es por el partido y por el país, y voy a librarla”, expresó el congresista por California.
En el juego está la sustitución de Pelosi, quien ha presidido la Cámara Baja en dos períodos (2019-2023 y 2007-2011) y que anunció que deja el liderazgo de la bancada demócrata tras la derrota electoral.
El nuevo Congreso estadounidense inicia esta nueva legislatura con la previsión de que los dos últimos años de mandato del presidente, Joe Biden, se vean obstaculizados por la oposición republicana.
Aunque los republicanos ganaron las elecciones a la Cámara de Representantes en noviembre pasado, la victoria de los conservadores fue mucho menor de la que muchos preveían.
Además, los demócratas no solo consiguieron retener la mayoría en el Senado, sino que ganaron un nuevo escaño.
Los republicanos moderados culpan del insuficiente desempeño electoral a la influencia del expresidente Donald Trump (2017-2021) en los comicios, mientras que el ala dura lo atribuye a la campaña diseñada por McCarthy.