Rusia sustituyó hoy al comandante de las fuerzas militares que combaten en Ucrania desde febrero de 2022, cargo que asumirá Valeri Guerásimov, actual jefe del Estado Mayor del Ejército ruso.
Guerásimov, de 67 años, releva al general Serguéi Surovikin, quien fue el que recomendó en noviembre la retirada rusa del norte de la región ucraniana de Jersón, considerado el peor revés sufrido por las tropas rusas en el conflicto.
Por orden del ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, Surovikin ejercerá a partir de ahora el cargo de subjefe de la agrupación conjunta de tropas en la zona de la “operación militar especial”.
El motivo del nombramiento de Guerásimov es “la ampliación de la magnitud de los objetivos a cumplir y la necesidad de la organización de una cooperación más estrecha entre las diferentes tropas del Ejército ruso”.
Además, la llegada de Guerásimov al cargo busca mejorar la calidad de los suministros y la efectividad del mando de la agrupación de fuerzas.
Surovikin, que tiene experiencia de combate en Siria, ya es jefe de la Fuerza Aérea. El otro subjefe de las fuerzas rusas en Ucrania será Oleg Saliukov, comandante del Ejército de Tierra, y Alexéi Kim, subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas.
Desde la toma de la localidad de Lisichansk a principios de julio del pasado año, el Ejército ruso sufrió varios reveses, como la retirada de Jersón, incluso la capital regional, y de parte de la región de Járkov.
Seguidamente, Shoigú anunció una urgente reforma del Ejército que incluía el aumento del número de hombres hasta el millón y medio, casi la mitad de ellos militares profesionales.
En estos momentos, las tropas rusas y las unidades de la compañía militar privada Wagner combaten en las calles de la localidad de Soledar, en la región de Donetsk.
La conquista de ese baluarte no sólo sería la primera gran victoria rusa en más de medio año sino que allanaría el camino para atacar Bajmut, un importante cruce de caminos que conduce a los principales bastiones ucranianos del Donbás.