La derrota del oficialismo en el plebiscito que impulsó el Gobierno de Lasso sobre seguridad, democracia y medioambiente, entre otros temas, ha generado una serie de especulaciones sobre la gobernabilidad en el país y la aparente fragilidad política del Gobierno.
El vicepresidente ecuatoriano, Alfredo Borrero, descartó la posibilidad de dimitir y remarcó su lealtad al presidente Guillermo Lasso, quien afronta uno de los más duros momentos de su mandato tras la derrota encajada el pasado domingo en las votaciones de autoridades locales y el referendo que impulsó.
La Vicepresidencia de la República, en un comunicado oficial, indicó que frente a los “rumores infundados que circulan en las redes sociales” sobre su eventual renuncia del cargo, el segundo mandatario “rechaza enfáticamente estas claras intenciones de desestabilización que ponen en riesgo la democracia”.
Además, sostuvo que este tipo de rumores “generan confusión y preocupación en la sociedad”.
Borrero “ratifica su lealtad al señor presidente Guillermo Lasso Mendoza, al Gobierno Nacional y al pueblo ecuatoriano, así como su compromiso infranqueable con el desarrollo del país, particularmente con la salud y el bienestar de la población”, precisó la Vicepresidencia en su mensaje.
La derrota del oficialismo en el plebiscito que impulsó el Gobierno de Lasso sobre seguridad, democracia y medioambiente, entre otros temas, ha generado una serie de especulaciones sobre la gobernabilidad en el país y la aparente fragilidad política del Gobierno.
El expresidente Rafael Correa, cuyo movimiento político Revolución Ciudadana fue el ganador de las elecciones locales del pasado domingo, aseguró que un eventual “acuerdo nacional”, como ha propuesto Lasso, se puede dar siempre y cuando sea para adelantar los comicios generales.
“Lasso es un gran fraude, cómplice de la destrucción de la patria y constitucionalmente debe ser removido”, señaló el expresidente izquierdista que reside en Bélgica desde que terminó su mandato en 2017 y que ha sido condenado por la justicia de su país por casos de corrupción, que él niega y que achaca a una persecución política en su contra.
De su lado, el asambleísta independiente Fernando Villavicencio, que durante la campaña electoral apoyó el “Sí” a las propuestas del Gobierno en el referendo, aseguró que con el triunfo del “No” el presidente Lasso ha quedado sin soporte político.
“Este voto por el ‘No’ es un voto de condena al Gobierno nacional. En estas condiciones yo creo que el presidente de la República debe convocar a ‘muerte cruzada’, disolver la Asamblea (Parlamento) y adelantar elecciones”, aseveró Villavicencio.
El asambleísta se refirió a llamada “muerte cruzada”, una figura constitucional ecuatoriana por la que el Presidente puede disolver el Parlamento, adelantar las elecciones generales y gobernar por un año mediante decretos ejecutivos.