La ida de esta eliminatoria previa a los octavos del torneo del que es el ‘rey’ el equipo andaluz, el más laureado con 6 títulos, era un examen serio para ambos conjuntos.
El Sevilla, en una situación delicada en LaLiga al estar aún inmerso en la lucha por alejarse de la zona de descenso, goleó por 3-0 al PSV Eindhoven neerlandés y, en un buen partido en el Ramón Sánchez-Pizjuán, resurgió en su torneo fetiche, una Liga Europa que ha ganado seis veces, para poner pie y medio en los octavos de final.
Los sevillistas abrieron el marcador con un gol del marroquí Youssef En-Nesyri en el tiempo añadido de un primer tiempo igualado, en el que el PSV del exsevillista Luuk de Jong fue mejor hasta la entrada del brasileño Fernando por la lesión del galo Loïc Badé, y en el inicio del segundo fueron muy incisivos y ampliaron su renta hasta lograr un contundente 3-0 con dos buenos tantos del argentino Lucas Ocampos (m.50) y del serbio Nemanja Gudelj (m.55).
Se medían dos clásicos del fútbol europeo en un duelo inédito, pero con connotaciones sentimentales por que el Sevilla ganó su primer título de esta competición en el Philips Stadion de Eindhoven (en 2006 y entonces denominada Copa de la UEFA) y por el regreso con el PSV del exsevillista Luuk de Jong, el ‘héroe’ de su sexto entorchado en Colonia en 2020.
La ida de esta eliminatoria previa a los octavos del torneo del que es el ‘rey’ el equipo andaluz, el más laureado con 6 títulos, era un examen serio para ambos conjuntos, sobre todo para el del técnico argentino Jorge Sampaoli, duodécimo y en lucha aún por alejarse del descenso en LaLiga a pesar de su clara mejoría, con cuatro triunfos seguidos en casa.
Sampaoli, que anunció rotaciones por la trascendencia también del próximo choque en casa del Rayo Vallecano, sólo hizo tres cambios respecto al once que ganó al Mallorca: los medios Joan Jordán y el croata Ivan Rakitic y el lateral argentino Marcos Acuña, por el brasileño Fernando Reges, el senegalés Pape Gueye -no inscrito para Europa- y Suso.
Sí mantuvo arriba al marroquí Youssef En-Nesyri, en vena de aciertos, mientras que el técnico del PSV, el exmadridista Ruud van Nistelrooy, apostó en punta por el ‘gigante’ De Jong y, escorado a la izquierda, por el joven de 19 años Xavi Simons, una de sus figuras tras su paso por el PSG y que estuvo en la cantera del Barcelona. Con las bajas de Anwar El Ghazi y del mexicano Éric Gutiérrez, dejó en el banquillo a los extremos belgas Thorgan Hazard y Bakayoko.
De inicio, el Sevilla intentó salir con ritmo, pero no hilvanó jugadas ni tuvo llegadas ante un cuadro neerlandés serio, más sólido y mejor que el equipo español, por lo que pronto se hizo con la iniciativa y desactivó por completo a los locales.
Así, la primera opción clara de gol fue para los de Eindhoven, con sus laterales Teze y Van Aanholt muy arriba y la gran movilidad de Simons y Luuk de Jong. Llegó a los 10 minutos en las botas del extremo hispanomarroquí Ismael Saibari, quien, tras abrir el exsevillista el juego a la derecha, firmó un tiró cruzado que despejó bien su compatriota Bono.
Al Sevilla le faltó aplomo, nunca tuvo el control del partido ante un PSV dominador en el medio campo, aunque tampoco inquietó de verdad la meta del internacional marroquí. Sin frescura, el equipo de Sampaoli perdió al cuarto de hora a su central más en forma, el francés Loïc Badé, con un pinchazo en el muslo izquierdo, y le sustituyó Fernando.
El ‘viejo zorro’ brasileño dio más equilibrio y empaque a un Sevilla que se recompuso. Tras una mala cesión atrás de Gudelj que asustó a Bono, los hispalenses dieron un paso adelante y metieron miedo al argentino Walter Benítez, ínedito hasta entonces, con un tiro desviado de Jesús Navas, una falta de Rakitic a la que no llegó nadie o un cabezazo fuera del galo Nianzou.
El equipo sevillista halló la recompensa a su mayor empuje en el segundo de los tres minutos de tiempo añadido que dio el árbitro, cuando En-Nesyri, certero y oportunista, logró el 1-0 y su décimo tanto de la temporada al remachar un buen centro al área chica de Jesús Navas, tras recibir en la derecha un balón rápido de Óliver Torres.
En la reanudación, con la entrada de Lucas Ocampos -tras su fallida cesión hasta mitad de temporada en los Países Bajos, en el Ajax- por un intermitente Bryan Gil, el Sevilla salió con ambición, a ampliar su renta, y lo logró a los 5 minutos con un golazo precisamente del argentino tras un gran control con la derecha y un zurdazo a la media vuelta que, tras dar en un poste, batió a Benítez.
Siguieron apretando los sevillistas, que aprovecharon la fragilidad de la zaga del PSV para, sólo cinco minutos después, en el 55, hacer el 3-0 con un derechazo del serbio Nemanja Gudelj tras una genial dejada de tacón dentro del área de Ocampos, que fue todo un revulsivo para darle brío y electricidad a su equipo ante un rival que, con este duro marcador en contra, trató de reaccionar, pero sin éxito.
Lo intentaron Van Aanholt, luego sustituido por el brasileño Mario Júnior con los cambios ofensivos de Van Nistelrooy -también metió al belga Thorgan Hazard y al luso Fabio Silva por un De Jong incómodo y sin chispa-, y también el central brasileño Ramalho, en el rechace de un córner, y el neerlandés Joey Veeerman, quien estrelló el balón en el poste en el 79. Con todo, el Sevilla mantuvo bien su ventaja e irá a Eindhoven, un lugar mítico para el sevillismo, con todo a favor.
– Ficha técnica:
3 – Sevilla: Bono; Jesús Navas, Nianzou, Badé (Fernando, m.16), Gudelj, Acuña (Montiel, m.70); Óliver Torres (Lamela, m.70), Joan Jordán, Rakitic, Bryan Gil (Ocampos, m.46); En-Nesyri (Suso, m.62).
0 – PSV Eindhoven: Benítez; Teze, Ramalho (Obispo, m.90), Branthwaite, Van Aanholt; Til (Thorgan Hazard, m.62), Sangaré, Veerman; Saibari (Mwene, m.90), Luuk de Jong (Fabio Silva, m.62), Simons.
Goles: 1-0, m.47+: En-Nesyri. 2-0, M.50: Ocampos. 3-0, M.55: Gudelj.
Árbitro: Radu Petrescu (Rumanía). Amonestó a los locales Gudelj (m.59) y Lamela (m.89).
Incidencias: Partido de ida de la eliminatoria previa a los octavos de final de la Liga Europa, disputado en el estadio Ramón Sánchez-Pizjuán ante 29.593 espectadores, entre ellos unos 3.000 aficionados neeerlandeses. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de los terremotos en Siria y Turquía.