Cuando encontremos nidos

Cuando encontremos nidos
Los nidos son refugios que las aves elaboran en un sitio que consideren ideal y seguro para poner sus huevos y albergar a sus crías en sus primeros tiempos. Este se observa entre las ramas de una planta. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

Son muchos los factores que atentan contra la anidación y reproducción de las aves, entre estos, el tiempo atmosférico (fuertes brisas, lluvias, temperatura), el cambio climático, los animales y humanos depredadores, tala de árboles…

La naturaleza tiene tantas cosas extraordinarias y aunque algunas parezcan pequeñas son increíblemente grandiosas, y es vital respetarlas para permitir su continuidad.

Es tan enternecedor coincidir con un nido de aves, en este caso, de pajaritos, aunque quizás, para algunos parezca de poco significado. El delicado trabajo de confeccionar aquel lecho de especial diseño para el gran momento de tener a sus crías, causa mucha admiración.

Recolectar minuciosamente diminutas ramas, plumas, hierbas, hojas secas y más, o realizarlo según la necesidad de su especie, a fin de alistar lo que será la cuna para su descendencia, debe ser una ardua labor y tomar tiempo. Es definitivamente una proeza de sus creadores.

Los nidos son una verdadera obra de arquitectura. Las aves allí incuban sus huevos y cuidan a sus proles en los primeros tiempos. Hay mucha variedad en sus formas, aunque la esférica es la que comúnmente vemos.  En sus confecciones tienen diversas técnicas y materiales, aparte de que pueden servirse de una superficie natural.

Tipos de nidos

Hay diferentes tipos de nidos de aves, en cuya elaboración participa la hembra, el macho o la pareja dependiendo de la especie. De acuerdo al sitio de Internet Experto Animal, existe el “nido escarbado (hundimiento de poca profundidad), nido de montículo (dentro de materiales vegetales en descomposición o lodo y piedras), nido de madriguera (túneles), nido de cavidad (tallados en troncos o en huecos), nido de copa o taza (redondeados, resistentes y flexibles), nido de plataforma (sobre árboles, suelo o en el agua y son más grandes) o nidos colgantes (suspendidos)”.

Tener la oportunidad de apreciar las virtudes de los pájaros, constatar el instinto que tienen de proteger a sus pichones y ver cómo le dan su abrigo, es hermoso. Nuestra cercanía es una amenaza más, por lo que debemos tener cautela al coincidir en el lugar donde alguno se encuentre.

Al respecto, Experto Animal señala: “Es muy importante no intentar encontrar nidos de pájaros, puesto que podrían asustarse, sentirse invadidos y, en el peor de los casos, abandonar los huevos. Es fundamental dejar que aniden tranquilos”.

Lo más común es que los nidos estén en un ambiente natural como: ramas de árboles y arbustos, entre otros.  También en un área apartada de jardines y hasta arrinconados entre algunas de nuestras plantas. Sin embargo, no siempre es así. Hay posibilidades que escojan como “ubicación estratégica” a nuestra casa, edificios y que sean creativos con muchos otros espacios.

Esto me hace recordar cuando mi tío Noé nos prohibía utilizar la puerta trasera de nuestra casa de campo, debido a que los pajaritos hacían sus nidos bajo techo en la terraza de la parte posterior.

En el caso de notar algún nido donde a nuestro juicio pueda ser un mal lugar, lo más probable es que, para ellos, haya sido el mejor y un logro encontrarlo. ¿Cómo no elegir lo más adecuado para un acontecimiento de tanta importancia como la llegada de sus crías? Donde quiera que sea, debemos permitir que estén tranquilos y a salvo.

Cuidado de los pájaros
Los nidos son elaborados con diversos materiales, entre los cuales se encuentran hojas secas, pajas, plumas y algodón natural. Foto, Belkis Hidalgo Hoyos.

Precauciones

Es importante recordar que ante este panorama de la creación no debemos acercarnos mucho, tampoco tocarlos ni moverlos.

El Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell, señala las siguientes precauciones para quienes vean nidos:

– “Observarlos por menos de 1 minuto, con mucho cuidado, responsabilidad y asegurando su seguridad.

– No acercarse a tempranas horas de la mañana en que las aves ponen sus huevos, pues podrían asustarse, dejarlo por un rato y estos enfriarse.

– Evitar acercarse durante los primeros días de incubación.

– No acercarse cuando los polluelos estén listos para abandonar el nido, ya que si lo hacen prematuramente la probabilidad de que sobrevivan es baja.

– Cuando haya mal tiempo no acercarse porque puede ser muy estresante para las aves.

– No acercarse a observar nidos en la noche debido a que los adultos pueden regresar y espantarse.

– Tener cuidado y no dañar o alterarlo, ni al sitio donde se encuentra.

– Ser cautelosos con los depredadores y no dejar huellas que puedan servirles como guía.

– Nunca tomar los huevos o polluelos. Los huevos se rompen fácilmente y los polluelos se pueden lesionar”.

Nidos abandonados

Hay nidos que parecen solitarios, pero no es precisamente que estén abandonados. Se requiere tener prudencia en esas situaciones y no realizar acciones que puedan ser perjudiciales con lo que podrían tener dentro y peligrosas para nosotros también.

Puede darse el caso de que la madre haya ido a buscar comida y regrese.  Otra suposición es que las crías estén en su aprendizaje de volar. En el peor de los casos, si la madre ha sido atacada por algún depredador, los polluelos podrían morir de hambre.

El sitio Vida con Mascotas indicó: “En general, es recomendable no tocar nunca los nidos, ya que podría ser muy peligroso para la vida de los polluelos que los ocupan, incluso si los encontramos afuera y cerca de los nidos”.

Son muchos los factores que atentan contra la anidación y reproducción de las aves, entre estos, el tiempo atmosférico (fuertes brisas, lluvias, temperatura), el cambio climático, los animales y humanos depredadores, tala de árboles…

Los nidos representan vida y hogar.  Son importantes para la conservación de las especies. Recordemos ser cuidadosos si vemos uno y sigamos las recomendaciones para su conservación.  No los moleste y déjelos allí. Como dice la frase: “Bien se está el pájaro en su nido”.

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