Este 2023 es determinante para que las organizaciones definan si será el año en el que den el salto a transformar sus reportes narrativos en reportes de sostenibilidad que aporten valor a los grupos de interés.
Urge la estandarización en cómo se comunica la información no financiera y/o ASG (ambiental, social y gobernanza), ante el reclamo de una mayor transparencia de las empresas al comunicar sus impactos negativos y positivos en la sociedad y en el ambiente es cada vez más notorio, producto de un entorno de desconfianza, de recesión mundial y riesgos climáticos al que nos enfrentamos.
Las reglas están cambiando y en un entorno globalizado, las empresas panameñas no están al margen de estos cambios. Apremia informar a las partes interesadas, principalmente a los inversionistas que dejaron de encontrar valor en los informes de sostenibilidad, sobre cómo el modelo de negocio impacta externamente y cómo los factores exteriores como el clima o los derechos humanos marcan también en el negocio, sin dejar de lado la percepción de los grupos de interés.
En este sentido, desde TON!C Latam, se presentó un análisis de cómo las corporaciones enlistadas en el TOP 50 del ranking de empresas con mejor reputación en Panamá, que presenta cada año el Monitor Empresarial de Reputación Corporativa (MERCO) comunican sus efectos a los stakeholders.
De acuerdo a lo encontrado, podemos decir que 29 (60%) de las 50 empresas analizadas hacen su proceso de divulgación de información no financiera, lo cierto es que si nos regimos solo por cuáles están atendiendo a sus públicos de interés en Panamá, la cifra se reduce a 18. Muchas de las empresas multinacionales cuentan con un reporte global o regional del que Panamá forma parte.
En otro aspecto, solo 10% de las empresas que reportan a nivel local, cuenta con una verificación externa. De igual manera, solamente el 20% de las empresas reporta teniendo en cuenta criterios ASG, es decir, identificar los temas materiales que tienen trascendencia en el corto, mediano y largo plazos en la organización.
Por otra parte, solo el 30% de las empresas informa sobre cómo los riesgos asociados al clima afectan su negocio y qué hacen para mitigar esos riesgos. El 100% de las empresas comunican sus programas de filantropía y de voluntariado como parte de los reportes y un 70% de las empresas tienen un capítulo específico dedicado a la gobernanza de la organización.
Del total de temas producidos por las empresas, el 20% se reporta con al menos un indicador; de los cuales, el 5% incluye indicadores cuantitativos. El restante 80% se reporta únicamente de forma narrativa. Por otro lado, cabe destacar que el 100% de las empresas informa cómo sus negocios contribuyen a los Objetivos de Desarrollo Sostenible; lo que no se identifica es cómo trabajan para mitigar los impactos negativos.
En sentido y con una mirada estratégica y puesta en los retos que las empresas locales tienen en materia de reportes de sostenibilidad, se puede concluir lo siguiente:
- La estandarización es una realidad y hay que atenderla
Aunque vemos un proceso lento, es alentador que dos de las empresas más admiradas en Panamá adopten estándares como GRI y SASB.
Este año 2023 es determinante para que las organizaciones definan si será el año en el que den el salto a transformar sus reportes narrativos en reportes de sostenibilidad que aporten valor a los grupos de interés.
- Definir qué estándar adoptarán
GRI sigue siendo el más usado en el mundo. Según la encuesta sobre informes de sostenibilidad que realiza KPMG en 58 países, Big shifts, small steps, señala que
el 75% de las empresas de Latinoamérica que cuentan con reportes de sostenibilidad adoptan este estándar, que lleva en el mercado desde el 2007.
- Creatividad y tecnología: aliados para comunicar el informe de sostenibilidad
El desarrollo de un informe de sostenibilidad conlleva muchas horas de trabajo del equipo directivo de la organización, pero la labor no termina con la publicación del reporte, sino que debe de cumplir su objetivo final: rendir cuenta a los grupos de interés.