Organizaciones denuncian una escalada de la violencia contra la prensa en Centroamérica

Organizaciones denuncian una escalada de la violencia contra la prensa en Centroamérica
La presidenta de la Asociación de Periodistas de El Salvador, Angélica Cárcamo (i), y la coordinadora de incidencia de Reporteros Sin Fronteras en América Latina, Bia Barbosa (d), participan en una rueda de prensa hoy, en Tegucigalpa (Honduras), este 23 de marzo de 2023. EFE/ Gustavo Amador.

Según las organizaciones, las violaciones a la libertad de expresión más frecuentes en la región fueron el exilio, el acoso judicial, las privaciones ilegales de la libertad, ataques físicos, vigilancia estatal y estigmatización, y el principal agresor es el Estado.

Reporteros Sin Fronteras (RSF), la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) y la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) advirtieron este jueves en Honduras de una “escalada de violencia” contra periodistas en Centroamérica, y solicitaron mecanismos para defender la libertad de expresión.

“Este hostigamiento, que es histórico en la región, está aumentando y está generando muchos casos de agresiones físicas, exilios, hay muchos países donde los periodistas ni siquiera logran quedarse para trabajar y hacer sus coberturas”, dijo a EFE la coordinadora de incidencia de RSF en América Latina, Bia Barbosa.

En Nicaragua, por ejemplo, “los periodistas están haciendo la cobertura desde fuera del país para informar a sus ciudadanos”, señaló Barbosa, quien participó este jueves en una rueda de prensa junto a la presidenta de la APES, Angélica Cárcamo, el director de la FLIP, Jonathan Bock.

Las organizaciones denunciaron que representantes del Movimiento Periodistas y Comunicadores Independientes de Nicaragua (PCIN) no asistieron a la conferencia de prensa debido a que el Gobierno nicaragüense les prohibió la salida.

CONTEXTO PELIGROSO 

Barbosa asegura que el panorama de la libertad de prensa en Centroamérica ha empeorado, con la agudización de la represión y la violencia contra periodistas y medios de comunicación.

“Hay una ola de Gobiernos diferentes de la región con un discurso más estigmatizante en contra de los periodistas”, apostilló la representante de RSF, que considera que la región vive un “contexto peligroso” porque “donde no hay libertad de prensa no hay democracia”.

Si los comunicadores “no se sienten seguros para trabajar, no tienen dependencia, no tienen libertad, los que van a sufrir no son solamente los periodistas, eso no es un riesgo individual, hay un impacto colectivo para toda la ciudadanía que va a perder su derecho a la información”, enfatizó.

Según las organizaciones, las violaciones a la libertad de expresión más frecuentes en la región fueron el exilio, el acoso judicial, las privaciones ilegales de la libertad, ataques físicos, vigilancia estatal y estigmatización, y el principal agresor es el Estado.

“Casi el 80 % de las agresiones a los periodistas vienen de actores públicos, que son justamente aquellos que deberían protegerlos y garantizar la libertad de prensa”, añadió.

RETROCESOS EN LIBERTAD DE EXPRESIÓN 

Para el director de la FLIP, en la región centroamericana “hay retrocesos” en el ámbito de la libertad de expresión y los sistemas de protección y seguridad para los periodistas.

Denunció además que en los últimos años ha aumentado “el número de agresiones y de periodistas asesinados” en la región, donde además se reportan dinámicas de gobiernos para “atacar de manera directa” a estos profesionales y clasificarlos entre “los que son enemigos y amigos”.

En la región “hay una escalada de violencia contra la prensa”, señaló Bock, quien indicó que en 2022 fueron asesinados 39 periodistas en América Latina, lo que debe “prender todas las alarmas” y generar “una reacción por parte de los Gobiernos”.

El director de la FLIP ve necesario que los Estados implementen medidas, herramientas y mecanismos de protección ya instalados, como en el caso de Honduras, pero también deben generar “nuevas maneras de poder enfrentar esta violencia”.

Los Gobiernos, añadió, deben acercarse a los periodistas y escuchar sus necesidades y preocupaciones, pero también “parar las estrategias de ataques digitales” o las que buscan “estigmatizar y deslegitimar” el trabajo de los medios de comunicación.

Guatemala vive “un momento muy crítico” en el ámbito de libertad de expresión, porque se está “encarcelando y persiguiendo judicialmente” a periodistas, mientras que en Nicaragua existe “una dictadura que no genera ninguna garantía para el ejercicio” de los comunicadores, acotó Bock.

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