Los trasvases buque a buque en alta mar son actividades de alto riesgo.
La peligrosa práctica de los trasvases buque a buque en alta mar, así como los métodos utilizados para ocultar la identidad de los buques y apagar los transpondedores del SIA fueron debatidos por el Comité jurídico de la Organización Marítima Internacional (OMI). El Comité se reunió en su 110º periodo de sesiones en la sede de la OMI en Londres del 27 al 31 de marzo.
El Comité examinó un documento presentado al periodo de sesiones que sirvió para concienciar sobre las consecuencias y preocupaciones en relación con el régimen mundial de responsabilidad e indemnización resultantes del aumento de los trasvases buque a buque en alta mar.
El Comité observó que éstas socavaban el espíritu de la reglamentación de las operaciones buque a buque de petroleros de conformidad con lo prescrito en el Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques (Convenio MARPOL) de la OMI.
Se informó al Comité de que una flota de entre 300 y 600 petroleros, integrada principalmente por buques viejos, algunos de los cuales no habían sido sometidos a inspecciones recientemente, con un mantenimiento deficiente, poca claridad en cuanto a su propietario y una falta grave de seguro, operaba actualmente como “flota oscura” o “flota en la sombra” para eludir las sanciones y los elevados costes de los seguros.
Esto aumentaba el riesgo de derrames de hidrocarburos o abordajes. Esto también podía dar lugar a que un propietario de buque participante eludiera su responsabilidad resultante de los tratados de responsabilidad e indemnización pertinentes (por ejemplo, el Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos (Convenio de responsabilidad civil) y el Convenio internacional sobre responsabilidad civil nacida de daños debidos a contaminación por los hidrocarburos para combustible de los buques (Convenio sobre el combustible de los buques) en el caso de otros buques, lo que también entrañaba un riesgo mayor para los Estados ribereños y el fondo internacional de indemnización de daños debidos a contaminación por hidrocarburos.
Tras el debate, el Comité consideró que los trasvases buque a buque en alta mar son actividades de alto riesgo que socavaban el régimen internacional en lo que respecta a la seguridad marítima, la protección del medio ambiente y la responsabilidad e indemnización, por lo que debían abordarse urgentemente.