Los hallazgos del jefe del CICR 20 años después de volver a Guantánamo

Los hallazgos del jefe del CICR 20 años después de volver a Guantánamo
Hamilton instó al Gobierno y al Congreso de Estados Unidos a que trabajen mancomunadamente para hallar soluciones idóneas y sostenibles para atender estas cuestiones. Foto/Ilustrativa.

Las autoridades detenedoras deben adaptarse a las necesidades de una población que envejece rápidamente.

El jefe de delegación del Comité Internacional de la Cruz Roja para Estados Unidos y Canadá, Patrick Hamilton, visitó al centro de detención de la bahía de Guantánamo el mes pasado.

Hamilton, quien la última vez que estuvo en la bahía de Guantánamo fue hace veinte años, en 2003, cuando se desempeñaba como intérprete de pashto a principios de su trayectoria en el CICR, afirmó que al regresar hace poco, durante una de las visitas que realiza periódicamente el CICR, se sorprendió especialmente ver que quienes siguen recluidos allí al día de hoy exhiben signos de un envejecimiento acelerado, que se ve agravado por los efectos acumulativos de sus experiencias y el tiempo que han pasado detenidos.

“Más de veinte años después, su situación sigue sin resolverse. Sus necesidades en el plano de la salud física y mental son cada vez más grandes y más complicadas”, apuntó Hamilton, quien señaló que “si bien las autoridades actuales están ofreciendo algunas soluciones provisorias, hace falta adoptar un enfoque más integral en caso de que Estados Unidos mantenga estas detenciones en los próximos años”.

Dijo que todos los detenidos deben tener acceso a una asistencia de salud adecuada que responda al deterioro tanto de sus condiciones mentales como físicas, ya sea en la base naval de la bahía de Guantánamo o en cualquier otro lugar.

“Esa asistencia abarca casos de emergencias médicas. Al mismo tiempo, se debe considerar la adaptación de la infraestructura en función de los cambios en las necesidades y discapacidades de las personas detenidas, así como de las normas que rigen su vida cotidiana”, puntualizó.

Otro aspecto de un enfoque integral, según Hamilton, sería mejorar la calidad del contacto con los familiares, particularmente en cuanto a la frecuencia y duración de los llamados, teniendo en cuenta la ausencia total de visitas presenciales.

“Claramente, cuanto antes pueda Estados Unidos superar el enquistamiento político y administrativo para transferir de manera responsable a los detenidos que reúnen los requisitos correspondientes y determinar qué ocurrirá con todo el resto, mejor podrá ese país trazar los planes que sean necesarios para ese fin”, remarcó.

Hamilton instó al Gobierno y al Congreso de Estados Unidos a que trabajen mancomunadamente para hallar soluciones idóneas y sostenibles para atender estas cuestiones.

“La adopción de medidas es de carácter prioritario. Si existe una probabilidad de que aunque sea un pequeño número de personas permanezcan recluidas durante más tiempo en este lugar, la planificación en torno al envejecimiento de la población no puede demorarse más”, agregó.

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