¿Qué está pasando con el COVID en estos momentos?

¿Qué está pasando con el COVID en estos momentos?
Gente en las bancas del parque Washington Square en Nueva York, el 27 de julio de 2021. Foto, Brittainy Newman/The New York Times.

“Hemos llegado a una fase de estabilidad en la que la gente está tomando decisiones para volver a una vida más normal”, afirmó Robert Wachter, director del Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco.

Las muertes por COVID-19 en Estados Unidos son las más bajas desde marzo de 2020, según el rastreador de datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés). El número de casos se ha desplomado de manera similar, pero las infecciones se han vuelto más difíciles de rastrear debido a la disponibilidad generalizada de pruebas rápidas en el hogar; asimismo, muchos de los sistemas de vigilancia que se establecieron al comienzo de la pandemia también se han reducido.

¿Hemos llegado finalmente al principio del fin de la pandemia o es solo otro declive primaveral antes de que una nueva variante inicie una ola estival? (En los dos últimos años, las cifras han descendido entre marzo y junio, antes de subir en julio).

The New York Times habló con investigadores de salud pública y expertos en enfermedades infecciosas para saber qué piensan de esta coyuntura concreta de la pandemia: cuál es el riesgo en este momento, qué precauciones siguen tomando ellos, quién sigue enfermando de gravedad y muriendo, así como qué nos depara el futuro.

Moratoria primaveral

Los expertos coinciden en que ahora mismo el riesgo de contraer COVID-19 es bajo y la primavera de 2023 parece diferente a la de años anteriores.

“Hemos llegado a una fase de estabilidad en la que la gente está tomando decisiones para volver a una vida más normal”, afirmó Robert Wachter, director del Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. “Y creo que eso es lógico. Los casos son relativamente bajos; las muertes son relativamente bajas”.

La principal razón de esta mejora es que prácticamente todos los habitantes de Estados Unidos ya tienen algún tipo de inmunidad, ya sea por vacunas, por una infección previa o por ambas cosas. Los medicamentos como el Paxlovid también han reducido en gran medida el riesgo de enfermedad grave.

Taison Bell, médico especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Virginia, comentó que, en su unidad de cuidados intensivos, “vemos algún caso ocasional de COVID-19, pero no muchos casos que obliguen a la gente a estar conectada a un ventilador”. Ahora, la mayoría de las personas a las que Bell está tratando por COVID son mayores o tienen enfermedades preexistentes que comprometen su sistema inmunitario o su función pulmonar o bien no se han vacunado. En su opinión, es esencial que las personas con un riesgo elevado de infección grave reciban un refuerzo bivalente si aún no lo han recibido (hace poco se autorizó una segunda dosis para este grupo).

Otra razón por la que las cosas son distintas esta primavera es que no ha habido variantes nuevas que cambien las reglas del juego —“ninguna letra griega nueva”, en palabras de Wachter— durante el último año y medio. Han aparecido variantes de ómicron con algunas propiedades inmunodepresoras, como la variante dominante actual, XBB.1.5, pero el Paxlovid y las vacunas siguen siendo eficaces contra ellas.

Pese a las buenas noticias, los expertos siguen tomando algunas precauciones, porque aunque las cifras van en la dirección correcta, de todos modos alrededor de 100.000 estadounidenses siguen infectándose con COVID-19 cada semana y más de 150 mueren cada día a causa de la infección.

Dónde y por qué se cuidan los expertos

Wachter sigue usando cubrebocas en la mayoría de los lugares cerrados y concurridos, como en un avión o un museo, pero no si tiene que entrar rápidamente a una tienda.

Su principal motivación es evitar el COVID persistente. “A diferencia de lo que sentía hace dos o tres años, ahora no tengo miedo de morir de esta cosa”, sostuvo. “Pero creo que el COVID prolongado es muy real. Mi mujer tiene una versión leve, así que lo veo de cerca”.

Caitlin Rivers, profesora adjunta de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins, que tiene hijos pequeños, dijo que había dejado de usar cubrebocas en el supermercado o en la oficina, aunque sigue usándolo en el transporte público. Afirmó que en su opinión valía la pena evitar los contratiempos que el COVID y otras infecciones respiratorias causaron este invierno, como faltar a la escuela y al trabajo.

Los expertos instaron a la gente a seguir tomando precauciones, como ponerse cubrebocas y someterse a pruebas antes de las grandes reuniones en lugares cerrados, especialmente si ellos o un ser querido corren un riesgo elevado.

“Creo que tenemos que hacer lo que podamos para mitigar el riesgo, no solo por nosotros mismos, sino también porque vivimos en una comunidad”, expresó Krutika Kuppalli, médica especialista en enfermedades infecciosas que sigue haciéndose pruebas antes de acudir a eventos. “No sé si la persona que tengo al lado está inmunodeprimida y no quiero contagiarle COVID”.

La situación podría cambiar rápidamente

Los expertos advirtieron que siempre es posible que surja una nueva variante e inicie otra ola.

Kuppalli dijo que estaba observando la subvariante ómicron XBB.1.16, también conocida como Arcturus, que está provocando una ola en la India. Esta representa actualmente alrededor del 10 por ciento de los casos en Estados Unidos y viene con un nuevo síntoma: la conjuntivitis.

Rivers está prestando atención a otra subvariante nueva, XBB.1.9.1, con alrededor del 8 por ciento de las infecciones en Estados Unidos en estos momentos. Prevé que los casos volverán a aumentar con la llegada de las altas temperaturas, provocados por estas variantes o por alguna parecida. “Por lo general, vemos una primavera tranquila seguida de un resurgimiento estival que comienza en el sur”, porque es más probable que la gente se reúna en interiores cuando hace demasiado calor, explicó.

Y así, dicen los expertos, es como probablemente será nuestra nueva normalidad. “La fase en la que nos encontramos ahora es tal vez una versión de la fase en la que estaremos dentro de un año, tal vez dentro de dos años, tal vez dentro de cinco años”, dijo Wachter. “A lo mejor empeore un poco, en cuyo caso creo que las personas y las sociedades cambian si son racionales. Creo que es poco probable que mejore mucho”.

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