Hasta ahora, los vehículos comerciales ligeros son una pequeña proporción de todas las camionetas y los autos eléctricos vendidos, pero en muchos sentidos los vehículos impulsados por baterías son muy adecuados para las flotillas de trabajo.
No mucho después de comprar en noviembre una furgoneta E-Transit de Ford para su negocio de plomería, Mitch Smedley se sentó con algunos recibos y una calculadora para ver cuánto ahorraba en gastos de combustible con el vehículo eléctrico.
Después de unos minutos de cálculos, descubrió que gastaba entre 110 y 140 dólares semanales en combustible, específicamente diésel, para cada una de las cuatro furgonetas Transit más antiguas de su flotilla. Luego dedujo cuánta electricidad utilizaba para cargar el modelo eléctrico y recorrer la misma distancia, unos 480 kilómetros a la semana. El costo: unos 9 dólares a la semana.
“Sabía que iba a ahorrar algo porque aquí la electricidad es muy barata”, comentó Smedley, cuya empresa tiene su sede en Blue Springs, Misuri, al este de Kansas City. “Pero me quedé asombrado cuando hice el cálculo. La operación se vuelve muy, pero muy barata”.
En la transición de la industria automovilística a los vehículos eléctricos, los vehículos de pasajeros han sido los pioneros. En el primer trimestre de 2023, las ventas de los vehículos eléctricos aumentaron un 45 por ciento en comparación con el año anterior, hasta 259.000 autos y camionetas, según Cox Automotive, una firma de investigación.
Tesla sigue siendo por mucho el mayor vendedor, mientras que General Motors, Ford Motor, Hyundai, Volkswagen y otros están vendiendo varios modelos eléctricos. Cox espera que este año el total anual de ventas de vehículos eléctricos en el mercado estadounidense supere por primera vez un millón de dólares.
Hasta ahora, los vehículos comerciales ligeros son una pequeña proporción de todas las camionetas y los autos eléctricos vendidos, pero en muchos sentidos los vehículos impulsados por baterías son muy adecuados para las flotillas de trabajo. Debido a que las camionetas y furgonetas de reparto suelen recorrer distancias limitadas o rutas establecidas todos los días, no necesitan baterías grandes y caras.
La mayoría puede arreglárselas con energía suficiente para recorrer unos 160 kilómetros antes de necesitar una recarga. Uno de los factores que vuelven bastante más caros a los autos eléctricos en comparación con los modelos de combustión interna es que los consumidores quieren tener la capacidad de recorrer 400 o 480 kilómetros con una sola carga porque temen quedarse varados lejos de un lugar donde puedan conectarlos.
Los vehículos comerciales suelen estacionarse durante la noche en lotes donde pueden cargarse con facilidad y estar listos para salir con la batería llena por la mañana. Las camionetas eléctricas también requieren menos mantenimiento que los vehículos tradicionales. No necesitan cambios de aceite ni tienen transmisiones, silenciadores ni bombas de combustible que se puedan desgastar o descomponer.
Además, no queman combustible cuando están estacionadas con el motor encendido.
Más que los consumidores, los dueños de flotillas comerciales analizan detenidamente el costo total de poseer y operar vehículos durante varios años. Esto significa que a menudo están dispuestos a aceptar un precio inicial más alto para comprar una camioneta eléctrica a fin de ahorrar dinero con el tiempo gracias a los menores costos de combustible y mantenimiento.
Sin embargo, las ventas de vehículos eléctricos comerciales tuvieron un inicio más lento, en parte debido a los problemas de varias empresas que esperaban fabricarlos.
Empresas emergentes como Lordstown Motors, Arrival y Canoo han tenido problemas para iniciar o aumentar la producción, al igual que Workhorse, un pequeño fabricante de camiones comerciales. Rivian, una empresa emergente con respaldo de Amazon, esperaba haberle vendido miles de furgonetas eléctricas al minorista en línea a estas alturas, pero se ha quedado muy lejos de sus objetivos.
Los retrasos han permitido que Ford y GM, dos de las principales automotrices del país, saquen al mercado sus propias furgonetas de trabajo impulsadas por baterías. La E-Transit, un derivado de la furgoneta comercial Transit de Ford, está disponible en varios tamaños y puede utilizarse como furgoneta de reparto, autobús de traslados o camión de trabajo para contratistas, reparadores, plomeros y otros pequeños negocios.
El año pasado, Ford vendió unas 6500 E-Transit. En marzo, el Servicio Postal de Estados Unidos encargó 9250 E-Transit que en teoría deberían entrar en servicio a finales de 2024.
GM creó una división independiente, BrightDrop, para fabricar un vehículo más grande adaptado para la entrega de paquetes y cargas. BrightDrop produjo una flotilla de prueba de unas 500 furgonetas impulsadas por baterías que se entregaron a clientes en 2022 e inició la producción comercial de su modelo Zevo 600 en una planta de Ontario este año.
Junto con la camioneta, BrightDrop ha desarrollado un carrito eléctrico para que los conductores puedan transportar muchos paquetes desde el camión, con lo cual se reduce la cantidad de viajes de ida y vuelta que realiza el conductor. Una versión del carrito está refrigerada para las entregas de productos y comestibles.
Las grandes empresas de entregas han clamado durante años por camionetas eléctricas. Amazon espera comprarle hasta 100.000 furgonetas a Rivian y está considerando adquirir una furgoneta Ram ProMaster eléctrica que la empresa matriz de Chrysler, Stellantis, en teoría empezará a fabricar este año.
UPS le hizo un pedido de 10.000 furgonetas eléctricas a Arrival, una empresa emergente con sede en Luxemburgo que opera en el Reino Unido. Arrival ha sufrido problemas financieros y retrasos en la producción. FedEx planea comprar solo furgonetas impulsadas por baterías a partir de 2030 y espera tener una flotilla totalmente eléctrica para 2040. FedEx está probando 150 camionetas de BrightDrop, va a recibir 350 más y tiene apartadas otras 2000.
Smedley, el plomero del área de Kansas City, ha notado beneficios de su E-Transit además del ahorro de combustible. En las obras, la furgoneta puede pasarles electricidad a equipos como las máquinas de limpieza de desagües, lo cual elimina la necesidad de andar arrastrando un generador.
Empezó a llevar la furgoneta a los partidos de fútbol americano de los Jefes de Kansas City —tiene abonos para la temporada— a fin de utilizar sus enchufes eléctricos en las fiestas de los estacionamientos. La furgoneta también le permite estacionarse en los lugares del estadio Arrowhead reservados para vehículos eléctricos.
Este año, Smedley decidió agregar un segundo modelo eléctrico a su flotilla, una pickup F-150 Lightning de Ford. También ha continuado el seguimiento de los ahorros que está cosechando con la E-Transit.
“Cuando miro el costo durante cinco años”, comentó riendo, “es casi como si me regalaran una furgoneta”.