Las reacciones de los adolescentes se produjeron horas después de que el jefe de Salud Pública, de Estados Unidos, advirtiera el martes que las redes sociales pueden constituir un “riesgo profundo” para la salud mental y el bienestar de los jóvenes.
NUEVA YORK — En Manhattan, un estudiante de primer año de bachillerato dijo que está tratando de reducir el tiempo que pasa viendo TikTok, pero cuestionó si las restricciones de edad en el uso de las redes sociales de verdad serían un impeditivo para los adolescentes diestros en la tecnología.
Otro estudiante de último curso en Queens afirmó que las redes sociales son esenciales para socializar, pero lamentó que hayan pasado de ser una actividad placentera a una obligación.
Y a las puertas de un instituto de Brooklyn, un estudiante de segundo año dijo que desdeñaba el poder adictivo de las redes sociales y cómo “manipulan nuestros centros de recompensa”. De cualquier modo, no creía que las restricciones legales fueran apropiadas.
Las reacciones de los adolescentes se produjeron horas después de que el jefe de Salud Pública, de Estados Unidos, advirtiera el martes que las redes sociales pueden constituir un “riesgo profundo” para la salud mental y el bienestar de los jóvenes.
La advertencia echó más leña al fuego en el debate nacional sobre los efectos del uso de las redes sociales en niños y adolescentes, y sobre cómo deberían intervenir los responsables políticos, las empresas tecnológicas y las familias para limitarlos. El gobierno de Biden dijo el martes que crearía un grupo de trabajo para estudiar las consecuencias y ofrecer recomendaciones.
Pero en el mayor sistema escolar del país, las entrevistas con más de una docena de adolescentes revelaron una visión matizada de las redes sociales y las complejas maneras en que los jóvenes se enfrentan a la omnipresencia de estas. (Se ocultan los apellidos de algunos de los estudiantes debido a su edad).
“La verdad es que me molesta mucho”, afirmó Jack Brown, de 15 años, estudiante de segundo curso en la escuela Brooklyn Technical High School de Fort Greene. “Podría despotricar todo el día sobre por qué no me gustan las redes sociales y por qué creo que son uno de los grandes cánceres de nuestra generación”.
Aun así, añadió: “Simplemente no creo que el gobierno deba tener ese tipo de regulación sobre nuestras propias vidas sociales”.
El informe del jefe de Salud Pública llega en un momento de intensa presión por parte de la sociedad sobre las empresas de redes sociales para que controlen cómo los adolescentes, y en particular los niños más pequeños, usan las plataformas. Según algunos estudios, casi el 40 por ciento de los niños de 8 a 12 años utilizan las redes sociales, a pesar de que la mayoría de las plataformas exigen edades mínimas más avanzadas para abrir una cuenta.
En los últimos años, un número cada vez mayor de estados han entrado en la contienda al aprobar leyes que exigen el consentimiento de los padres para el uso de las redes sociales. En Washington y California, algunos distritos escolares incluso han demandado a las principales plataformas, argumentando que su contenido perjudica a los jóvenes. Y mientras los profesores se enfrentan a la crisis de salud mental juvenil exacerbada por la pandemia, algunos expertos se preguntan si las redes sociales contribuyen a agravar dichos problemas.
Pero el martes, muchos adolescentes dijeron que sería casi imposible separar las redes sociales de sus vidas.
“En nuestra generación, las redes sociales simplemente son algo que tienes que tener”, sostuvo Adelina Zaripova, de 15 años, una estudiante de segundo año de Staten Island que asiste a la escuela Brooklyn Tech.
Añadió que el intenso interés político en el uso de las redes sociales por parte de los jóvenes le parece “un poco irónico”.
“Sé que mi abuela se pasa el día sentada en su teléfono viendo videos divertidos de gatos en TikTok”, comentó Adelina.
Muchos también se preguntaron si los adultos entienden los beneficios que podrían tener las redes.
Un estudiante de primer año de bachillerato en Bushwick, Brooklyn, dijo que su pasión por los automóviles se formó gracias al tiempo que pasó en Instagram, por ejemplo. Otro estudiante de primer año dijo que las redes sociales lo ayudaron a aprender cómo solicitar una admisión a la universidad.
Y dos chicas de enseñanza media dijeron que TikTok les ayudó a abrir su cosmovisión y entender la vida de los demás, y a mejorar sus conocimientos del idioma español. Aun así, reconocieron que sus experiencias no siempre han sido positivas.
Daurelis, alumna de la Philippa Schuyler Middle School, dijo que a menudo la siguen “bichos raros” cuando publica tutoriales de maquillaje en TikTok. Y recientemente, su autoestima se vio dañada tras lidiar con el ciberacoso, relató.
“Me insultaban”, explicó Daurelis, de 13 años. “Me decían muchas cosas hirientes”.
“Siempre hay discriminación y racismo en las redes sociales”, añadió su compañera Charlize, de 13 años.
El jefe de Salud Pública imploró el martes a los responsables políticos y a las empresas tecnológicas diciendo que “tomen medidas urgentes” para proteger a todos de esos riesgos en línea. Algunos adolescentes comentaron que el mensaje hacía eco de lo que ellos ya habían estado pidiendo.
En el periódico de su colegio, por ejemplo, Sadathi Hettiarachchige, de 15 años, escribió hace poco una columna de opinión en la que abogaba por un límite de edad más restrictivo en Instagram. Sadathi, estudiante de primer año en Brooklyn Tech, dijo que ella y sus amigos últimamente “se miran en el espejo” y escudriñan su apariencia.
“Y me doy cuenta. Y digo: ‘¡Basta!’”, contó.
Mientras algunos estados como Utah y Arkansas endurecen las restricciones a las redes sociales, algunos expertos —y adolescentes— se preguntan si las nuevas leyes tendrán los efectos previstos.
“Estamos en una especie de aprieto”, dijo Bradford Suthammanont, de 15 años, estudiante de primer año en una preparatoria de Manhattan, quien añadió que las empresas tecnológicas tienen “cero incentivos” para hacer cambios significativos.
Varios jóvenes neoyorquinos afirmaron que el mejor camino a seguir es dejar que las familias ayuden a los niños a navegar por las redes sociales, aunque también admitieron que hay limitaciones.
Emmanuel, de 13 años, alumno de la Achievement First North Brooklyn Prep Middle School, dijo que su tiempo en internet al inicio preocupaba a sus padres inmigrantes, quienes sabían poco sobre las plataformas populares.
“De hecho, les enseñé a supervisar mis redes sociales para que pudieran confiar en mí”, explicó Emmanuel.