La noción de que el arte puede mejorar el bienestar mental es algo que mucha gente entiende de manera intuitiva, pero puede perder de vista, sobre todo si nos hemos desconectado del baile, la escritura creativa, el dibujo y el canto que solíamos disfrutar de niños.
Cuando Frank Clark estudiaba psiquiatría en la Facultad de Medicina, decidió escribir su primer poema.
“Toda esa cháchara que estaba en mi cabeza, todo lo que había estado sintiendo, solo tenía que ponerlo sobre el papel y mi bolígrafo hablaría por mí”, dijo, recordando sus pensamiento de aquel entonces.
En aquella época, batallaba con la depresión y había recurrido a varias cosas para mantenerla a raya, entre ellas correr, la terapia, los medicamentos y su fe.
“Tenía que encontrar algo más para llenar el vacío”, dijo. Resultó que la poesía era la pieza que faltaba en su “rompecabezas del bienestar”.
“Vi una mejora en mi estado de ánimo”, comentó Clark, quien ahora tiene un consultorio en Greer, Carolina del Sur. “Me dio otra salida”.
La noción de que el arte puede mejorar el bienestar mental es algo que mucha gente entiende de manera intuitiva, pero puede perder de vista, sobre todo si nos hemos desconectado del baile, la escritura creativa, el dibujo y el canto que solíamos disfrutar de niños.
Pero hay un “conjunto de pruebas bastante sólido” que sugiere que crear arte, al igual que actividades como asistir a un concierto o visitar un museo, puede ser bueno para la salud mental, afirmó Jill Sonke, directora de investigación del Centro para las Artes en Medicina de la Universidad de Florida.
A continuación, maneras sencillas en las cuales podemos mejorar nuestro estado de ánimo con ayuda del arte.
Intenta la técnica de los tres dibujos
James Gordon, psiquiatra y fundador del Centro de Medicina Mente-Cuerpo, fue pionero en la “técnica de los tres dibujos”. Aparece en el nuevo libro “Your Brain on Art: How the Arts Transform Us”.
“En mi experiencia, este tipo de arte va más allá de las palabras ya que nos ayuda a comprender lo que nos pasa y a entender qué debemos hacer con ello”, afirma Gordon en el libro.
No hace falta que se te dé bien dibujar: las figuras hechas con líneas simples funcionan. Empieza por hacer un dibujo rápido de ti mismo; sin pensarlo demasiado. En el segundo, dibújate con tu mayor problema y en el tercero, dibújate después de resolverlo.
El objetivo de este ejercicio es fomentar el autodescubrimiento y ayudar a las personas a tomar las riendas de su sanación. Puede hacerse con o sin terapeuta, explica Susan Magsamen, profesora adjunta de Neurología en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins y coautora del libro.
Colorea algo complejo
Si eres una de las muchas personas que han recurrido a los libros de colorear para adultos, quizá no te sorprenda que las investigaciones sugieran que esta actividad puede ayudar a aliviar la ansiedad.
Colorear dentro de las líneas —de un patrón complejo, por ejemplo— parece ser particularmente efectivo. Un estudio en el que se evaluó a estudiantes universitarios y otro entre adultos mayores reveló que dedicar 20 minutos a colorear un mandala (un diseño geométrico complejo) ayudaba más a reducir la ansiedad que colorear de forma libre durante el mismo tiempo.
Susan Albers, psicóloga clínica de la Clínica Cleveland y autora de “50 Ways to Soothe Yourself Without Food”, describió el acto de colorear como unas “minivacaciones mentales”. Cuando nos centramos en la textura del papel y elegimos los colores que nos agradan, resulta más fácil desconectarnos de las distracciones y permanecer en el momento presente, afirma.
“Es una gran forma de meditación para las personas que odian meditar”, agregó.
Disfruta más música
Las investigaciones muestran que escuchar música, tocar un instrumento o cantar puede ser benéfico.
Por ejemplo, un estudio de 2022 investigó a más de 650 personas de cuatro grupos etarios y les pidió que clasificaran las actividades artísticas que los ayudaron a “sentirse mejor” durante los confinamientos de la pandemia de 2020. Los más jóvenes, de 18 a 24 años, calificaron las actividades musicales como las más eficaces con una gran diferencia. En todos los grupos de edad, “cantar” fue una de las actividades más valoradas.
Otros estudios han descubierto que cantar reduce los niveles de cortisol, una hormona que el cuerpo libera cuando está sometido a estrés. Por ejemplo, las madres que habían dado a luz hacía poco y les cantaban de manera habitual a sus bebés tenían menos ansiedad.
Magsamen señaló que la música puede ser eficaz para reducir el estrés porque elementos como el ritmo, las letras y los acordes repetitivos activan múltiples regiones del cerebro.
“Yo canto en la ducha. Canto a todo pulmón con la radio”, reveló Magsamen.
Escribe un poema
Clark sigue escribiendo poesía desde que se graduó de la facultad de Medicina y nos dio algunos consejos para aquellos que quieran intentarlo.
Para empezar, deja pasar todos esos pensamientos que te dicen que no eres tan creativo. “Creo que en muchas ocasiones somos nuestros peores críticos”, comentó y agregó, “creo que cualquiera puede escribir un poesía”.
Comienza con un sencillo haiku, sugirió Clark. Los haikus se componen de solo tres líneas: la primera y la última tienen cinco sílabas y la de en medio tiene siete.
Considera también la posibilidad de involucrar a tus amigos, como sugiere un artículo publicado en 2020 en el Journal of Medical Humanities que exploraba el “poder curativo” de la poesía.
Como escribieron los autores: “El simple hecho de leer un poema una vez a la semana, compartir un poema con un amigo o dedicar de cinco a diez minutos a escribir libremente sobre un recuerdo favorito, una idea actual, una preocupación o una esperanza pueden ser los primeros pasos eficaces para experimentar los beneficios de la poesía”.