El jefe de Estado brasileño se definió en el acto de este sábado como “un hombre que cree mucho en Dios”.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo este sábado que quiere invitar al papa Francisco, con el que se reunirá el próximo miércoles en el Vaticano, a asistir a la multitudinaria procesión del “Círio de Nazaré”, en la ciudad amazónica de Belém, estado de Pará.
“Quiero invitarlo a venir a Brasil otra vez. Me gustaría invitarlo a la fiesta del ‘Círio’, aquí. Sería extraordinario que pudiera participar en el ‘Círio de Nazaré'”, afirmó el mandatario en una ceremonia de entrega de viviendas sociales en Abaetetuba, en Pará.
El pontífice argentino recibirá en audiencia a Lula, símbolo de la izquierda latinoamericana, el próximo miércoles, poco después de haber sido dado de alta tras ser operado de una hernia abdominal.
Francisco y Lula ya conversaron telefónicamente el pasado 31 de mayo, día en el que gobernante progresista aprovechó para invitarlo a visitar nuevamente Brasil.
La invitación fue extendida casi diez años después de la visita que el santo padre hizo a Brasil en julio de 2013, cuatro meses después de su proclamación como pontífice, para participar en Río de Janeiro en la Jornada Mundial de la Juventud.
El jefe de Estado brasileño se definió en el acto de este sábado como “un hombre que cree mucho en Dios”.
“Toda mi vida he creído que existe un ser superior que trazó nuestro destino y que nosotros vamos a tratar de cumplirlo correctamente”, declaró.
Asimismo, adelantó que pedirá al papa las bendiciones para todo el pueblo de Pará y de Brasil.
La procesión del “Cirio de Nazaré” es una de las celebraciones religiosas más importantes de Brasil y suele reunir a cientos de miles de fieles católicos cada segundo domingo de octubre en Belém, capital del estado de Pará.
La celebración es un homenaje a Nuestra Señora de Nazaré, cuya imagen es transportada por las calles de la ciudad.
El paso de la Virgen es halado con una gruesa cuerda de unos 400 metros de longitud a la que los feligreses intentan agarrarse para pedir favores o pagar promesas por gracias concedidas.