Ningún país debe bajar la guardia ni desmantelar los sistemas de protección creados para combatir la pandemia. No se debe engañar a nadie con la afirmación de que la covid-19 ya no es un motivo de preocupación, aunque las muertes han disminuido.
No continuar con las medidas de bioseguridad es una decisión errada de parte de los habitantes de cualquier país. Antes de recomendar dejar el uso de las mascarillas, las autoridades de salud del mundo deben asegurarse de que se acabaron los contagios del virus de covid-19. Solo entonces se podrá tomar esa decisión.
En muchos países todavía continúan los habitantes sufriendo contagios que han causado algunas muertes, así que es mejor luchar para continuar salvando más vidas, sobre todo las de las personas de la tercera edad y de las que sufren enfermedades crónicas.
Aunque los antivacunas siguen demonizando las campañas de vacunación que llevan a cabo las autoridades de Salud para salvaguardar a la población con la administración de vacunas contra el covid-19, la influenza y cualquier otro virus casusante de enfermedades respiratorias, es necesario ponerse una mano en el corazón y decir ¡basta!
Ellos no son dioses que pueden expulsar todos los males del mundo con sus charlatanerías. Con su actitud solo van a causarles la muerte a los incrédulos que los siguen al pie de la letra.
Nadie, en sus cabales, debería prestarles atención a estos criminales, digan lo que digan, pues no tienen pruebas fehacientes de sus amarguras que solo buscan desvirtuar los esfuerzos que las autoridades responsables del bien de sus conciudadanos.
Las autoridades deberían endurecer los castigos contra todo aquel que atente contra la vida humana, aunque estos aleguen que solo son expresan opiniones, y que se va en contra de su libertad de expresión, excusa que no cabe cuando se trata de ir en contra de sus congéneres.
Los panameños deben continuar cuidándose contra el covid-19, (y ahora la influenza) que sigue siendo una amenaza para sus habitantes cuyas defunciones sobrepasan los 8,382 defunciones en tres años.
Aunque las autoridades de Salud han manifestado que ya ha pasado la pandemia, las poblaciones mundiales deben mantener las medidas de seguridad adecuadas para preservar sus vidas.
En ese sentido, en ningún país debe bajar la guardia ni desmantelar los sistemas de protección creados para combatir la pandemia. No se debe engañar a nadie con la afirmación de que la covid-19 ya no es un motivo de preocupación, aunque las muertes han disminuido. Sin embargo, se debe tratar de llegar al nivel cero de defunciones para asegurar que la pandemia ha llegado a su fin.
No nos confiemos si queremos continuar con vida. No se deje engatusar porque los virus no desaparecen y hay que continuar monitoreándolos para evitar que las enfermedades rebroten.
En ese sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha decretado el fin de la obligación del uso de mascarilla, pero no el final de los contagios por covid-19. Las personas deben continuar usando las mascarillas siempre que sea necesario.
Hay que recordar que, aunque la OMS ha declarado el fin de la epidemia de ébola en muchos países africanos, este organismo ha señalado que no deben descuidarse porque se esperan varios rebrotes de la enfermedad. Igualmente deben las autoridades de Salud de Panamá continuar con la vacunación de sus conciudadanos y las medidas de bioseguridad.