Los investigadores Fernanda Sarkis y Marcus Nogueira, contratados por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil para analizar la forma como la derecha aprovecha las redes para esparcir su “narrativa”, afirmaron que el principal blanco fue, precisamente, el Foro de Sao Paulo.
La ultraderecha latinoamericana, mediante una muy planeada estrategia de creación y divulgación de mentiras contra los progresistas, consiguió su objetivo de “demonizar” ante la opinión pública el Foro de Sao Paulo, la organización que agrupa a partidos de izquierda de 27 países de América Latina.
El “complot” de la ultraderecha fue denunciado en uno de los debates de ayer sábado del XXVI Encuentro del Foro de Sao Paulo, que concluirá hoy domingo en Brasilia y al que asisten delegaciones de un centenar de partidos políticos de 27 países de la región.
En el debate fueron abordadas estrategias para combatir las falsas noticias diseminadas por la derecha y desmontar la “narrativa” con la que consiguió convencer a la opinión pública de la supuesta peligrosidad de los partidos progresistas.
Los investigadores Fernanda Sarkis y Marcus Nogueira, contratados por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil para analizar la forma como la derecha aprovecha las redes para esparcir su “narrativa”, afirmaron que el principal blanco fue, precisamente, el Foro de Sao Paulo.
De acuerdo con los especialistas al servicio del mayor partido de izquierda de América Latina y del que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue uno de sus fundadores, la estrategia convirtió el Foro de Sao Paulo en “una organización clandestina que se reúne secretamente para implantar una dominación dictatorial y comunista en el continente”.
Según Sarkis, los influyentes de derecha en las redes editan los vídeos que consiguen de las reuniones del Foro de Sao Paulo para publicarlos de forma fragmentada y tendenciosa.
“Es a partir de ese arco narrativo que todas las falsas noticias van ganando una supuesta coherencia”, afirmó la investigadora.
Y dicha narrativa, como un drama de Hollywood, identifica a la “nueva derecha” como los “buenos de la película” y a la “vieja izquierda” como la “villana” interesada en implantar dictaduras comunistas y corruptas en los países de la región.
La discusión del asunto coincidió con la divulgación de una encuesta según la cual el 52 % de los brasileños cree que Brasil corre el riesgo de convertirse en un régimen comunista, algo con lo que un 33 % concuerda totalmente y un 19 % parcialmente.
El 73% de los que temen que el país se convierta en comunista votó por Jair Bolsonaro en las elecciones de octubre en las que el líder ultraderechista fue derrotado por Lula.
De acuerdo con los investigadores, la estrategia para “capturar corazones y mentes” mediante discursos diseminados en la internet fue puesta en marcha hace varios años por la derecha conservadora y liberal en todo el mundo.
“Todos esos nuevos líderes de la derecha que saben comunicarse muy bien, que repiten el mismo discurso, son fruto de un plan financiado para entrenarlos y formarlos”, dijo Nogueira.
Para combatir la desinformación que criminaliza los partidos de izquierda es necesario desmontar la narrativa como un todo sin perder esfuerzos en desmentir una a una cada falsa noticia, dicen los investigadores.
La presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, admitió que las fuerzas progresistas no tienen los mismos recursos financieros que la derecha para mantener la lucha ideológica en las redes.
“Pero tenemos un diferencial monstruoso. Contamos con la militancia y las ganas de luchar”, afirmó Hoffmann, quien también defendió una articulación con los productores de contenido “contrahegemónicos”, como lo hizo el PT en las elecciones de 2022.
La dirigente admitió que el PT ya comenzó a preparar a sus integrantes para un contraataque en la internet y poder hacer frente a la desinformación difundida por la derecha.