Nuestro retorno post covid-19 debió darnos a todos un mejor nivel de ciudadanos. No quiero justificar cosas ni acciones, pero parece también que algunas situaciones que se dan en el medio, es la falta de tolerancia y la paciencia que se acaba.
Los acontecimientos dados en los últimos días, tanto en la provincia de Chiriquí como en la hermana provincia de Bocas del Toro, reflejan un malestar general y en ocasiones sirve de válvula de escape a las exigencias, sin respuestas de las necesidades de los ciudadanos.
Nuestro retorno post covid-19 debió darnos a todos un mejor nivel de ciudadanos. No quiero justificar cosas ni acciones, pero parece también que algunas situaciones que se dan en el medio, es la falta de tolerancia y la paciencia que se acaba, es consecuencia de la dura pandemia que los panameños hemos vivido.
Jamás estaría en contra de censurar la protesta, ese es un derecho intrínseco al ciudadano, lo que no podemos hacer es que la protesta afecte a otros ciudadanos. En temas elementales como educación, salud, trabajo, vivienda, paz social, en fin, todo el derecho a vivir libre y sin más limitaciones que no afectar al vecino y la cívica convivencia de todos.
La descentralización en principio buscaba precisamente eso, de que logremos buscar soluciones a los problemas de los ciudadanos desde la base mínima, de la geografía, pero también he expresado en otras ocasiones que organismos multilaterales, internacionales, o las IFI´s, a través de estudios y consultorías que se han realizado en el país, llegan a una conclusión… las autoridades locales no se comunican con las demás instituciones, ¿qué problema más grande?
Las comunidades requieren que se les resuelvan sus necesidades sociales y darle oportunidad de una vida más digna. Reclamar la titulación de sus tierras, caminos, calles, servicios públicos de la vida moderna como agua, luz y teléfonos y hoy día celular e internet es un derecho. Lo que no puede ser es que esa protesta afecte a terceros.
La base misma de la solución de los problemas debe ser local, esa es la esencia de la descentralización, pero aún no hemos llegado a más allá de las transferencias económicas, se requieren las transferencias de las competencias.
Ojalá que las noticias negativas que han estado saliendo específicamente en la transferencia de dinero para las Juntas Comunales y municipios no afecte el proyecto de descentralización que ha sido anhelado por los que vivimos en el interior del país en la solución de los problemas y, sobre todo, que no se convierta en un escándalo que vaya a impedir que los pasos siguientes se den.
Hay que resolver los problemas de las comunidades, por lo que desde esta columna, con una razón de lógica, sugerimos que los municipios logren en cada una de sus sedes establecer una oficina de atención a la comunidad para canalizar todos esos problemas e inquietudes de la colectividad para evitar afectar a terceros.
Es allí donde se debe tener presente la necesidad de la población, es esa la esencia del plan de trabajo comunal y municipal que debe existir y la participación de la comunidad. Es la base de resolver el conflicto. Anticipando las necesidades y buscando soluciones concretas. Cuando la protesta surge, hace tiempo el problema ha estado allí martillando en la cabeza del ciudadano.
Las autoridades están instituidas para proteger la vida, bienes y honra de los connacionales. En esa protección, también está el derecho a una vida digna, por lo que todo esto nos exige que desde la base comunal se busquen soluciones a los problemas de la comunidad. Partiendo, entonces, de planes de acciones a corto, mediano y hasta largo plazo. Esa es la verdadera razón de la descentralización.