La Fundación McNulty y el Instituto Aspen anunciaron los ganadores del Premio John P. McNulty 2023. Las tres organizaciones ganadoras de 2023 son líderes innovadores con coraje moral, una visión para el cambio y un historial de impacto audaz y duradero.
La Asociación Marea Verde que, desde 2017, toma acción y crea conciencia en cómo mitigar la contaminación por desechos sólidos en los ríos y costas de Panamá, es una de las tres organizaciones ganadoras del Premio John P. McNulty 2023, conforme a lo anunciado por la Fundación McNulty y el Instituto Aspen
Desde 2008, el Premio McNulty ha reconocido a más de 50 líderes innovadores por su coraje moral, visión para el cambio y trayectoria de impacto audaz y duradero. El premio se otorga en conjunto con el Instituto Aspen, para reconocer organizaciones de liderazgo excepcional emprendidas por sus becarios.
Mirei Endara de Heras, presidenta de la Junta Directiva de Marea Verde y becaria del Instituto Aspen, ha dedicado su carrera a abordar los desafíos ambientales, desde el establecimiento de Nature Conservancy en Panamá, hasta servir como la primera ministra de Ambiente y co-fundar una organización sin fines de lucro de defensa ambiental, Marea Verde, en asociación con su comunidad para atender el problema de los desechos plásticos, particularmente en los ríos, una de las principales causas de contaminación plástica del océano.
“En Marea Verde, vemos todo interconectado”, dice Endara. “Somos muy conscientes de que una acción no resolverá el problema”.
Su enfoque holístico incluye Wanda Díaz, una rueda de agua alimentada por energía hidráulica y solar que recolecta más de 12,000 libras de basura por mes; así como la promoción y reforma de políticas con el gobierno local y otros actores relevantes; y programas de alcance comunitario para impulsar la educación y el cambio de comportamiento. Marea Verde demuestra a los panameños y al mundo que este problema aparentemente intratable puede ser combatido en su origen.
“Necesitamos elevar a aquellos que trabajan en política ambiental”, dijo Cheryl Dorsey, jurado del Premio McNulty y presidenta de Echoing Green, “Marea Verde hábilmente plantea esto al mismo tiempo que utiliza la tecnología, los datos y el compromiso de la comunidad para cambiar los corazones y las mentes”.
Endara ha persistido frente al feroz cinismo donde muchos han fracasado. Ya reconocida como una gran defensora de la creación de políticas públicas y de programas conjuntos con gobiernos locales, Marea Verde está trabajando para impactar los esfuerzos de reducción de plástico y la legislación a escala internacional.
Acompañan a Marea Verde en este reconocimiento otras dos organizaciones que abordan problemas de gran importancia para esta generación: la democratización de la salud mental y la restauración de la promesa de movilidad económica para estudiantes de bajos recursos.
Dixon Chibanda comenzó Friendship Bench después de presenciar los efectos fatales de los escasos recursos de salud mental en su comunidad; y Aimée Eubanks Davis lanzó Braven luego de observar a sus alumnos provenientes de hogares de bajos ingresos, abrirse camino en carreras universitarias, para entonces enfrentar grandes retos para conseguir empleos sólidos equivalentes a los de sus compañeros de mayores ingresos.
Estos líderes han reinventado partes importantes de la infraestructura social (terapia, gestión de residuos y un camino hacia empleos sólidos) para abordar estos desafíos generacionales. Ya sea aprovechando el poder de los terapeutas laicos, preservando el medio ambiente para el futuro o asegurando que la universidad cumpla su promesa a los jóvenes, estos tres ganadores están construyendo una sociedad donde cada generación puede alcanzar su potencial.
“Los ganadores de 2023 están rompiendo ciclos históricos de trauma y desigualdad, y reemplazándolos con sistemas virtuosos y sostenibles arraigados en las fortalezas de sus comunidades”, dijo la presidenta de la Fundación McNulty y fideicomisaria del Instituto Aspen, Anne Welsh McNulty. Si bien sus soluciones surgieron de la experiencia vivida en contextos profundamente locales en Zimbabwe, Panamá y los Estados Unidos, sus modelos son replicables a nivel mundial.