Ahora surgen voces y propuestas para que el examen de barra sea administrado por uno que otro ente. Esa parece que no es necesariamente la solución. Sabemos de casos de examen de barra en otras latitudes en donde la aprobación ronda el 30%.
En los últimos días se ha hecho notorio entre críticas y extrañezas, los resultados de aprobación de un examen de barra aplicado a los egresados de Derecho y Ciencias Políticas de universidades públicas y privadas de Panamá.
Examen que también debe ser administrado a otras profesiones, no únicamente a Ciencias Políticas y Ciencias Médicas.
Hay muchos factores que influyen en el resultado de estos. Puede ser parte de los secuelas de un periodo post pandémico, en donde la virtualidad afectó a aquellos que en estos previos momentos fueron por el examen de barra para buscar la idoneidad.
Los hay también, de seguro, en aquellos casos en que el examen estuvo fuera de contexto contra el curso de licenciamiento que recibieron en sus años universitarios. Pero, ¿qué pasó con el curso de nivelación que previo al examen se realizó como reforzamiento para ir por el examen de barra? Se podrá decir que no hay concordancia entre esa nivelación realizada y el examen, al juzgar por los resultados obtenidos.
A mí personalmente siempre me ha llamado la atención y me he cuestionado sobre los resultados de hechos concretos. Específicamente los funcionarios públicos que, a su vez, en horas nocturnas dictan clases en universidades. Puede ser que en la empresa privada se den casos, pero no tenemos cómo medir ese rendimiento. Y diríamos: allá sus jefes inmediatos que resuelvan los resultados de esos empleados, en la ejecución de su empleo.
El funcionario público que de por sí labora siete horas diarias de lunes a viernes. Y se dirige a una universidad a dictar clases, desde las 6:00 de la tarde, hasta qué hora, eso depende de cuántas materias, horas clases tenga que dar por día.
Entiendo perfectamente la acción de que el docente viva la realidad práctica de trabajo y eso contribuya a trasmitir conocimiento a sus alumnos.
En qué hora organiza y planifica su posición docente, el trabajo, cuándo realiza las evaluaciones. En algún lado tendrá que quedar mal.
Ahora surgen voces y propuestas para que el examen de barra sea administrado por uno que otro ente. Esa parece que no es necesariamente la solución. Sabemos de casos de examen de barra en otras latitudes en donde la aprobación ronda el 30% y no se ha dado el caso de un gran escándalo mediático.
Por nuestra parte, hemos tenido experiencia en examen de barra para acceder a la Asociación Panameña de Examinadores de Fraude. La verdad nunca he preguntado cuál es el porcentaje de aprobación. Será que en ella no se producen escándalos mediáticos sobre los aprobados y no aprobados.
Sabemos que ACFCS, una asociacion mundial que aplica un examen de certificación y recertificación a sus miembros, que otorga esta credencial, contrata a una empresa externa que, a través de una metodología, construye el examen, emite una guía de estudio, lo programa, lo aplica y viene el resultado. Un porcentaje mínimo es aprobado. Nadie protesta. Hay que estudiar más para el próximo, eso es todo.
Qué tal una alternativa así para tener transparencia en la aplicación del examen y se disponga de mucha certeza del resultado de este. El examen consta de 145 preguntas y al azar el sistema te elimina 20. La compañía las usa para evaluar el nivel de dificultad. Esas 20 preguntas eliminadas para la calificación pueden ser que estén completamente correctas o incorrectas en sus respuestas; no se sabe, el sistema se encarga de escogerlas y sobre las 125 preguntas restantes viene tu puntuación, felicidades si aprobaste y sino vuelve a aplicar.