Caison Robinson, de 14 años, acababa de encontrarse con una vecina más joven en la tranquila calle donde viven tras terminar sus tareas del hogar cuando un hombre armado en un automóvil blanco se acercó y les disparó un torrente de balas en un instante.
¡Mamá, me dispararon!” recordó haber gritado cuando su madre salió corriendo descalza de su casa en el noroeste de Las Vegas. “No pensé que sobreviviría, por la cantidad de sangre que tenía debajo”, contó Caison.
La policía de Las Vegas informó que durante el tiroteo sucedido en mayo se realizó con una pistola equipada con un dispositivo pequeño e ilegal conocido como “switch” (interruptor). Tales dispositivos pueden transformar pistolas semiautomáticas, que normalmente requieren que se apriete el gatillo para cada disparo, en ametralladoras completamente automáticas que disparan decenas de balas con un solo tirón.
Para el momento en que el agresor en Las Vegas huyó, Caison, un adolescente de voz suave que adora los videojuegos, yacía en el pavimento con cinco heridas de bala. Su amiga, una niña de 12 años, recibió un disparo en la pierna.
Estas ametralladoras rudimentarias
Capaces de causar masacres indiscriminadas en segundos— están ayudando a alimentar la epidemia nacional de violencia armada, haciendo que los tiroteos sean cada vez más letales, creando riesgos adicionales para los transeúntes y dejando a los sobrevivientes con heridas más graves, según las autoridades policiales y los trabajadores médicos.
El creciente uso de los dispositivos, los cuales también se conocen como fiadores automáticos, es evidente en el monitoreo de audio en tiempo real de disparos en todo el país, según muestran los datos. En 2022, los sensores de audio monitoreados por una empresa de tecnología de seguridad pública, SoundThinking, registraron 75.544 rondas de presuntos disparos automáticos en zonas de 127 ciudades cubiertas por sus micrófonos, según datos recopilados por solicitud de The New York Times. Esa cifra significa un aumento del 49 por ciento con respecto al año anterior.
Esto es casi como la versión con armas de fuego de la crisis del fentanilo”, aseveró en una entrevista el alcalde de Kansas City, Misuri, Quinton Lucas.
Lucas, un demócrata, dijo que cree que la creciente popularidad de dichos dispositivos, especialmente entre los jóvenes, es una de las principales razones por las que sobreviven menos víctimas de la violencia armada en su ciudad.
Los homicidios en Kansas City se están acercando a niveles récord este año, incluso cuando la cantidad de tiroteos no letales en la ciudad ha disminuido.
Hay varios tipos de interruptores, pero la mayoría son pequeños bloques de plástico similares a un Lego, de aproximadamente 6,4 centímetros cuadrados, los cuales se pueden fabricar fácilmente en una impresora 3D y cuestan alrededor de 200 dólares.
Los interruptores se han convertido en una prioridad principal para los agentes federales del orden. Sin embargo, los investigadores afirman que enfrentan obstáculos formidables, entre ellos la gran cantidad de este tipo de dispositivos que ya están en circulación y la facilidad con la que se pueden producir e instalar en el hogar, utilizando videos de instrucciones fácilmente disponibles en internet. Muchos son vendidos y son propiedad de personas menores de 18 años, quienes por lo general enfrentan un trato más indulgente en los tribunales.
Las plataformas de redes sociales como YouTube prohíben el contenido que enseña a las personas cómo fabricar armas ilegales. Sin embargo, dicho contenido está protegido por la Primera Enmienda y sigue disponible ampliamente en línea.
Los agentes federales del orden se han puesto en contacto con Glock, la compañía que produce un arma que ha llegado a definir una clase completa de pistolas de 9 milímetros que están disponibles fácilmente, para buscar maneras de modificar el arma y lograr que sea más difícil adaptarle interruptores. Carlos Guevara, un vicepresidente de Glock, afirmó que la compañía ha colaborado con las fuerzas del orden para atacar a los vendedores y usuarios ilegales de interruptores, pero ha determinado que el diseño de la pistola no puede modificarse de esa manera.
En 2021, un hombre con una pistola modificada con un interruptor le disparó a dos policías en Houston, matando a uno e hiriendo al otro. Uno de los pistoleros en un tiroteo entre pandillas en Sacramento, California, en 2022, que dejó seis muertos y 12 heridos, portaba un arma equipada con un interruptor, según la policía. En los últimos meses, varios tiroteos con armas modificadas han sido captados por cámaras en Milwaukee, lo que llevó al alcalde de la ciudad a comparar la situación con una zona de guerra.
Los dispositivos para convertir armas de fuego en totalmente automáticas han existido durante años, pero no habían sido una gran preocupación para las autoridades hasta hace poco.
En 2019, los agentes federales comenzaron a incautar una cantidad significativa de interruptores importados de China, afirmó Thomas Chittum, exdirector adjunto de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por su sigla en inglés), quien ahora supervisa los servicios forenses y de análisis en SoundThinking.
En poco tiempo, las autoridades comenzaron a ver un aumento en el uso de interruptores —que en 2019 se vendían por hasta apenas 19 dólares— en varias ciudades importantes de Estados Unidos. Entre 2017 y 2021, la ATF recuperó 5454 piezas para conversión a ametralladoras, un incremento del 570 por ciento con respecto a los cinco años anteriores.
El Departamento de Justicia ha intensificado las acciones judiciales contra vendedores y proveedores en los últimos años. Bajo la Ley de Control de Armas de 1968, es un delito fabricar una ametralladora, una violación que conlleva a un máximo de 10 años de prisión. La semana pasada, los fiscales de Chicago acusaron a un hombre de 20 años de vender 25 interruptores y una impresora 3D a un agente encubierto. En noviembre, los fiscales federales de Texas acusaron a un proveedor que, afirmaron, había vendido miles de interruptores, enviando algunos de ellos dentro de juguetes para niños.
Los interruptores se están integrando rápidamente a la cultura juvenil y han sido objeto de canciones de rap y memes en las redes sociales. Uno de los cuatro adolescentes acusados de asesinar este año a un oficial de policía de Chicago que estaba fuera de servicio publicó en internet una canción llamada “Switches”, donde rapea “dispara los interruptores, son tan rápidos” mientras muestra un arsenal de armas.
Caison Robinson dijo que conocía los interruptores antes de que uno casi le quitara la vida. Los adolescentes que conocía habían comenzado a alardear de haber adquirido las armas convertidas, a menudo de sus hermanos mayores, afirmó. Llamaban a los interruptores “botones”, aseveró, los cuales venían en varios colores.
Se ha convertido en algo que debes tener para ser genial”, afirmó Caison.
En una entrevista, Caison afirmó que intentó mantenerse alejado de los círculos armados de adolescentes en su vecindario de Las Vegas. “Es como una tendencia actualmente”.
Su madre, Takeila Peebles, que se mudó a Las Vegas desde Chicago hace siete años, afirmó que pensaba que su hijo estaría más seguro en su nueva ciudad.
El día del tiroteo, Peebles, que trabaja en el área de facturación médica y como chef desde su casa, le dijo a Caison que podía salir a jugar solo después de que ordenara su habitación, lavara una muda de ropa y pasara la aspiradora en las escaleras. Cuando Caison terminó sus tareas, alrededor de las 3:45 p. m., salió. Poco después, Peebles escuchó disparos y vislumbró un Kia Optima blanco que se alejaba a toda velocidad.
Un soldado uniformado que estaba cerca vio lo que había sucedido y atendió las heridas de Caison hasta que un conductor que pasaba por allí lo llevó al hospital.
Una bala impactó su colon, y una parte tuvo que ser extirpada, informaron los funcionarios médicos. Otra le perforó el hígado. Una tercera bala atravesó una vena principal de su abdomen. Las otras balas le quebraron el fémur y le causaron daños en los nervios del antebrazo.
Los investigadores concluyeron que el tiroteo estuvo relacionado con una disputa entre pandillas y que Caison no había sido el objetivo previsto. A finales de junio, Hakeem Collette, de 17 años, se declaró culpable de agresión con un arma letal y fue sentenciado a 10 años de prisión. Será elegible para libertad condicional en dos años.
Peebles afirmó que la sentencia era indignante, considerando la angustia que ha experimentado su familia. Durante tres semanas después de que le dispararan a su hijo, Peebles tuvo una pesadilla recurrente en la que veía, impotente, cómo Caison se desangraba en el pavimento.
Últimamente, Peebles dijo que a menudo entraba de puntillas en la habitación de su hijo para asegurarse de que todavía está allí.
Siempre me quedo sin palabras cuando lo veo”, afirmó. “Él no es muy cariñoso, pero siempre quiero abrazarlo”.