El riesgo de ser atacado en cualquier momento y la falta de combustible impidieron que los palestinos del norte de Gaza pudieran evacuar hacia el sur del enclave a través del corredor habilitado este sábado por el Ejército israelí, que acusó al brazo armado del grupo islamista Hamás de frustrar su plan.
En medio de una creciente presión internacional por un alto el fuego temporal con fines humanitarios, el Ejército israelí anunció que hoy permitirían durante tres horas el paso de civiles por la carretera de Salah al Din.
Sin embargo, ninguna persona se aventuró a realizar el viaje en ese lapso, pudo constatar EFE.
Varios palestinos del norte de la Franja aseguraron a EFE por teléfono que era imposible desplazarse hacia el sur en tan pocas horas.
Según su relato, el viaje a pie lleva muchas horas y, además, dicen tener miedo de salir de sus casas o de caminar por zonas abiertas por el temor a ser víctimas de un ataque.
“No tenemos coche, no tenemos gasolina, estamos en la calle y solo nos dieron la ruta” asegura un habitante de Jabalia que prefiere permanecer en el anonimato, al explicar que solamente para llegar hasta la carretera de Salah al Din necesita tres horas.
De su lado, el Ejército israelí dijo que “terroristas de Hamás atacaron a las tropas de las Fuerzas de Defensa de Israel que operaban para abrir la ruta humanitaria de (la carretera de) Salah al Din para la evacuación de los residentes hacia el sur”.
“Este incidente demuestra que Hamás explota a la población de Gaza y le impide actuar en aras de su propia seguridad”, subrayó.
“Se oían disparos”
En más de cuatro horas, sólo siete vehículos cruzaron de norte a sur por Salah al Din y todos estaban ocupados por habitantes del sur que habían intentado, sin éxito, viajar al norte para recoger a familiares.
“Tengo un hermano en Jabalia y fuimos de Khan Yunes a Jabalia porque las fuerzas de la ocupación dijeron que desde la una hasta la cuatro era la última oportunidad para moverse hacia el sur, pero llegamos a la calle Salah al Din y el camino estaba cortado. Además, se oían disparos y decidimos volver”, dice a EFE un conductor que prefiere no relevar su identidad.
Otro asegura que a la altura del campo de refugiados de Al Bureij se dio la vuelta, porque la carretera estaba bloqueada con cemento y grava.
Los testigos coinciden en el horror de moverse por una carretera totalmente vacía, escuchando disparos y viendo cadáveres tirados en el arcén.
“Vi un muerto en el camino, sí, un hombre en un coche”, asegura un taxista, que también desistió de su intento de alcanzar el norte de la asediada Franja.
Israel declaró la guerra a Hamás el 7 de octubre tras un masivo ataque del grupo islamista en suelo israelí que dejó más de 1.400 muertos, 5.400 heridos y 241 rehenes.
Desde entonces, el Ejército israelí ha bombardeado sin tregua el enclave palestino, donde ya suman unos 9.500 los muertos y más de 24.100heridos, la mayoría niños y mujeres, según fuentes sanitarias gazatíes.
Las fuerzas israelíes iniciaron el 27 de octubre una incursión por tierra que ya avanzó hasta la ciudad de Gaza, principal urbe de la franja, y el viernes realizaron una “incursión selectiva” en el sur del enclave.
Desde el inicio de la escalada y argumentando motivos de seguridad, Israel ordenó a los civiles que habitan en el norte del estrecho enclave evacuar hacia el sur, provocando el desplazamiento de unos 1,5 gazatíes -más de la mitad de la población total- en medio de una grave escasez de combustible.
Sin embargo, las fuerzas israelíes han seguido bombardeando la parte meridional de la franja, donde las condiciones de vida son cada vez más críticas por el hacinamiento, el colapso de los hospitales y la escasez de agua potable, alimento, medicinas y electricidad.