Ahora viene el momento de la recuperación, no importa si tenemos que poner a jugar figuras de otros equipos, siempre que sean buenos bates, buenos lanzadores o buenos campos cortos. Lo importante es que tengamos claro que, este juego no lo podemos perder.
Hay un interés innato en la población panameña honesta, de sentar las bases para lograr un cambio, poner un ¡¡basta ya!! al estado de corrupción que ha generado un malestar social, que condiciona a expresar la voluntad cívica y el compromiso de detener los abusos que, a lo largo de este tiempo, vienen realizando los personeros del gobierno.
El contrato con la minera ha sido el detonante que ha inundado las calles y avenidas, de nuestros pueblos y ciudades en todo el territorio nacional. El pueblo panameño ha salido pacíficamente a expresar su total repudio al contrato, por ser leonino, antipatriótico e inconstitucional y, además, a rechazar el estado de cosas imperante de parte de la empresa criminal gobernante.
Acuden a mi memoria los conceptos expresados previamente en el artículo, “la segunda mitad del noveno”, que adquiere vigencia, por los acontecimientos. A partir de ahora, Panamá debe entrar en una nueva fase, que nos lleve de manera unitaria al logro del objetivo común, detener la corrupción.
Meses atrás hablamos de la falta de estrategia para enfrentar los reclamos de la sociedad panameña, por parte del gobierno, era entonces que decíamos: “Lastimosamente no hay una estrategia, y tenemos bases llenas de “Miedo en primera, Hambre en segunda y Rabia en tercera”, no sabemos cómo, pero, lo que sí sabemos, es que hay que avanzar”.
Nunca se tomó en serio la situación que atravesábamos. Ahora, la población panameña demuestra que es otro momento. “No es momento de flojera, es el momento de las decisiones en la segunda mitad del noveno; donde se definen los buenos jugadores. Ahora le toca al pueblo, que se ha comido un barranco de carreras injustificadas, y ahora tenemos que equilibrar para ganar.”
La sociedad panameña, de manera unitaria, sin banderías políticas, sin distingo de niveles socioeconómicos, ni religiosos, se orienta a unir nuestros esfuerzos que deben apuntar a definir las estrategias para fortalecer el derecho soberano de escoger, de decidir que rumbo tomamos para corregir esta andanada de carreras, que, históricamente, nos han metido todos los equipos, incluyendo aquellos que salieron de esta cuna de jugadores de nuestro propio equipo, que salieron del Pueblo. No nos están ganando, ni nos van a ganar.
Aunque hayan metido muchas carreras, porque la jugada es, que aprendieron a “robar bases” y con eso han ido avanzando hasta home, donde se sienten tranquilos y protegidos, ya no lo estarán más. El pueblo le ha visto sus jugadas y no llegarán a más de tercera base.
Ahora viene el momento de la recuperación, no importa si tenemos que poner a jugar figuras de otros equipos, siempre que sean buenos bates, buenos lanzadores o buenos campos cortos. Lo importante es que tengamos claro que, este juego no lo podemos perder. Los lineamientos están definidos, solo hay que consolidarlo.
Todos unidos somos invencibles para lograr #UnPanamáPosible.