He visto cientos de barras de ensaladas con diferentes tipos de lechuga, berros y espinacas, con vegetales suaves y crujientes, con legumbres horneadas y frescas, con frutas y semillas, con salsas y toppings. Pero el “truco” consiste en utilizar estos cinco principios organizativos simples para reunir ingredientes potenciales:
• Base sobre la cual descansa el resto de los ingredientes
• Factor de satisfacción que dispara la personalidad de la ensalada
• Bordes sobre los cuales vamos agregar los sabores picantes o salados que anhelamos
• Derramar una o dos lloviznas de salsa para unir todo
• Espolvorear la guarnición para agregar textura crujiente y frescura.
¡Diviértete y siéntete libre de compartir más ideas!
Salsa de miso y zanahoria con jengibre
Rinde: Aproximadamente 1 1/4 tazas
Tiempo: 15 minutos
Quizás una de las salsas más coloridas y versátiles que existen: funciona caliente o fría como aderezo para ensaladas o salsa. Todo se junta rápidamente en un procesador de alimentos o licuadora y se conserva en el refrigerador por varios días.
Ingredientes
• 1/4 taza de aceite vegetal de buena calidad
• 1/4 taza de vinagre de arroz
• 3 cucharadas de miso suave o dulce (como amarillo o blanco)
• 1 cucharada de aceite de ajonjolí
• 2 zanahorias, peladas si lo deseas y cortadas en trozos
• 1 trozo de 1 pulgada de jengibre fresco pelado (o más al gusto), cortado en monedas
• Sal y pimienta
Instrucciones
1. Ponga el aceite, el vinagre, el miso, el aceite de sésamo, las zanahorias y el jengibre en un procesador de alimentos o licuadora y presione unas cuantas veces para picar las zanahorias y el jengibre. Luego, deja que la máquina funcione durante aproximadamente un minuto hasta que la mezcla esté tan espesa o suave como desees.
2. Probar y rectificar la sazón con sal y pimienta. Sirva de inmediato o refrigere en un recipiente hermético durante varios días.