Si se comprueba que Israel comete genocidio, el apoyo exterior sería muy complicado
Sudáfrica ha sembrado la sospecha ante la Corte Internacional de Justica (CIJ) de La Haya de que Israel está asesinando intencionalmente a civiles palestinos en su invasión a la Franja de Gaza. Acusa de genocidio a Israel, el peor crimen con el que puede señalarle a las autoridades judías.
“Basándome en mis conocimientos, creo que Sudáfrica va a ganar y a conseguir una orden contra Israel para que cese y desista de cometer todos los actos de genocidio contra los palestinos”.
“La mera presentación de la demanda es un duro golpe contra el genocidio de Israel. Los orígenes de la Convención sobre el Genocidio están precisamente el holocausto nazi contra los judíos”, explicó Francis Boyle, abogado estadounidense experto en temas de genocidio y profesor en la Universidad de Illinois.
Boyle condenó las acciones de Hamás. “En el peor de los casos, son crímenes de guerra, no genocidio. Y eso no va a desviar la atención de la acusación de genocidio contra Israel”, dijo al diario madrileño La Razón.
Este jueves y viernes, el Palacio de la Paz de La Haya va a ser escenario de una batalla legal histórica y de alto contenido geopolítico. La CIJ celebra la vista del caso presentado por Sudáfrica contra Israel por vulneración de la Convención Internacional sobre Genocidio, suscrita por 153 países incluyendo Israel.
El país africano pide que se emita una orden de emergencia para que se suspenda la invasión militar israelí en la Franja de Gaza. El veredicto del CIJ es de obligado cumplimiento por todos los países miembro, entre ellos el propio Israel, Estados Unidos y los países de la Unión Europea.
Sudáfrica va a ganar
“Basándome en mis conocimientos, creo que Sudáfrica va a ganar y a conseguir una orden contra Israel para que cese y desista de cometer todos los actos de genocidio contra los palestinos”, anticipó Boyle, quien ganó un caso de genocidio en la CIJ cuando defendió a Bosnia frente a la antigua Yugoslavia.
Israel se ha tomado muy en serio la acusación. No como con las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ni otras amenazas previas del mismo tribunal de La Haya.
Principalmente porque Israel es signataria de la Convención sobre Genocidio que Sudáfrica alega que Israel viola su demanda ante la CIJ y eso no le permite ignorarlo, planteó La Razón.
La demanda sudafricana, de 84 páginas, cita los más de 23,000 civiles palestinos asesinados y los 50,000 heridos durante tres meses de guerra y la escasez de alimentos, agua y atención médica como el resultado de un esfuerzo planeado por Israel para cometer genocidio contra los palestinos en Gaza.
Además, existen numerosas declaraciones de varios ministros del gobierno israelí sobre los palestinos que dan a la acusación una plataforma para alegar que el Estado efectivamente tiene la intención de cometer un genocidio, lo que, según los juristas, es un elemento crucial en cualquier acusación de genocidio.
Los comentarios del gobierno de Israel deshumanizan a los palestinos y amenazan con ataques indiscriminados.
“Los actos y omisiones de Israel de los que se queja Sudáfrica son de carácter genocida porque tienen como objetivo provocar la destrucción de una parte sustancial del grupo nacional, racial y étnico palestino”, se lee en el documento.
Alto al fuego
Un fallo final de la CIJ probablemente tardará años en producirse. Sin embargo, Sudáfrica ha solicitado al tribunal que emita órdenes provisionales contra Israel que podrían ir desde exigir un alto el fuego total e inmediato -al que Israel y Estados Unidos se oponen firmemente porque Hamás aún no ha sido desmantelado- hasta insistir en que se permita la entrada de más ayuda humanitaria.
Pero sería la decisión provisional en sí misma, que las acusaciones de Sudáfrica son incluso plausibles, lo que sería lo más perjudicial para la posición de Israel.
En realidad, para la defensa de Israel será más difícil establecer que es falsa la plausibilidad de acciones genocidas que una determinación final definitiva. Y, en tal caso, las dificultades para Israel serán muchas. Para empezar, el apoyo exterior a un Israel que comete genocidio según la CIJ sería muy complicado.
Los 15 jueces permanentes que forman parte del tribunal son nombrados por la Asamblea General de las Naciones Unidas y provienen de países con niveles muy diferentes de independencia judicial. El presidente del tribunal es la jueza Joan Donoghue de Estados Unidos, y otros jueces provienen de países democráticos como Francia, Alemania, Australia, India, Eslovaquia, Jamaica, Japón y Brasil.
“Donoghue, es una funcionaria de carrera del Departamento de Estado de Estados Unidos. Está allí para usar el poder de la presidencia para dar forma a la demanda en favor de Israel, no tengo dudas sobre eso. Sudáfrica acaba de nombrar a su propio juez ad hoc, que se desempeñará como juez de pleno derecho. Depende de él conseguir evitar que Donoghue sabotee por completo todo el proceso”, afirmó Doyle.
Tanto Sudáfrica como Israel enviarán jueces que han designado como miembros ad hoc del panel que trata el caso. El juez de Israel será el ex presidente de la Corte Suprema Aharon Barak. Los demás jueces proceden de Rusia, China, Marruecos, Somalia, Líbano y Uganda. Y en Israel preocupa su nivel de independencia.
De acuerdo a Boyle las consecuencias para Israel podrían ser muy graves. “En primer lugar, la Asamblea General podría suspender a Israel de la participación en sus actividades, tal como lo hizo con el régimen criminal del apartheid en Sudáfrica”, señaló.
En segundo lugar –añadió- la Asamblea General podría admitir a Palestina como un Estado de pleno derecho, lo cual evitaría que Israel lo destruyera por completo, porque nunca se ha destruido a un Estado de la ONU”.
“Finalmente, la Asamblea General podría establecer un tribunal especial para juzgar a Israel. Además, tras la Resolución Uniendo por la Paz, la Asamblea General puede recomendar también a los estados miembros que impongan severas sanciones económicas a Israel. No digo que vayan a aplicarse, sólo que puede ocurrir”, resaltó Boyle.