Seamos claros, nadie en la Casa Blanca del presidente Joe Biden quiere apoyar a Donald Trump. Sin excepción, lo consideran una amenaza existencial para la nación. Sin embargo, cuando observaron a Trump arrancar la contienda por la nominación presidencial republicana en Iowa con sus sainetes, también vislumbraron algo más: una ruta hacia un segundo mandato.
Desde su perspectiva, Biden tiene mejores probabilidades de ganar la reelección en el otoño si compite de nuevo contra Trump. El expresidente es tan tóxico y polarizante que su presencia en las boletas de noviembre, en opinión de los asesores de Biden, sería el mejor incentivo para que los demócratas distanciados y los independientes decidan sumarse a las filas del presidente, que ha recibido malos porcentajes en las encuestas.
Así que algunos demócratas se sintieron un poco conflictuados esta semana cuando arrancó la contienda republicana. Ninguno de ellos llorará si Trump pierde ante alguien como la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, quien tendrá una oportunidad la siguiente semana en Nuevo Hampshire de convertir el enfrentamiento en una verdadera carrera. Con todo y los muchos defectos que los demócratas le ven a Haley, no creen que represente una amenaza a la democracia tan grande como Trump.
Pero si obtuviera la nominación republicana, podría ser un mayor peligro para Biden.
Esta paradoja evoca la situación de 2016, cuando a muchos demócratas no les pareció mal que Trump ganara la nominación republicana, pues pensaban que el país nunca elegiría a una engreída estrella de telerrealidad cuya especialidad eran los recursos racistas y la política de los insultos. Como ya se equivocaron una vez, en esta ocasión no están tan seguros; de cualquier manera, los demócratas tienen la esperanza de que el país no vuelva a aceptar a un presidente vencido que incitó a una turba violenta a ayudarlo a aferrarse al poder y ha sido acusado de más delitos graves que Al Capone.
“Yo no fui una de esos demócratas que pensaron que sería más fácil vencer a Trump en 2016”, aseveró Jennifer Palmieri, directora de comunicaciones de Hillary Clinton en las elecciones que perdió ante Trump. “Algunos demócratas apoyan a Trump. Creo que es mejor para el país” que sea “vencido en el Partido Republicano y no siga ganando fuerza”. Si Trump pierde, añadió, cree que Biden podría vencer a Haley o al gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Eso sí, quizá no sea tan fácil. Haley sería vulnerable a críticas de los demócratas por haber posibilitado acciones de Trump durante su encargo como embajadora ante las Naciones Unidas, e incluso ahora que es candidata republicana a la presidencia, por negarse casi siempre a atacar al expresidente y no descartar la posibilidad de votar por él si gana la nominación.
No obstante, es posible que no sea tan radioactiva en el grupo de los electores indecisos. Además, a diferencia de Trump, de 77 años, para Haley, de 51, sería más fácil presentar argumentos generacionales contra Biden, de 81, a quien incluso los votantes más demócratas consideran demasiado viejo para otro mandato, según las encuestas.
Una encuesta de CBS News dada a conocer el domingo indicó que, en esta etapa de la carrera, Haley podría ser una contendiente más complicada para Biden que Trump. Obtuvo una ventaja de ocho puntos con respecto al presidente en funciones en una votación hipotética, con resultados del 53 y el 45 por ciento, mientras que DeSantis aventajó a Biden por tres puntos y Trump, por dos.
Al menos de cara al público, los demócratas no dejan de decir que le ganarán a cualquiera y que Trump los ha corrompido a todos. Por su parte, el Comité Nacional Demócrata comenzó a preparar el terreno con ataques regulares contra ella y otros candidatos que podría postular el Partido Republicano en vez de Trump desde las elecciones de medio mandato en 2022.
“Estaremos listos para Donald Trump o cualquier otro extremista ‘MAGA’ que surja de este proceso”, afirmó el martes Ammar Moussa, vocero de la campaña de Biden, en referencia a las siglas del movimiento iniciado por Trump de “Hagamos a Estados Unidos grandioso otra vez”.
Sin embargo, en privado, algunos demócratas concuerdan en que sería más difícil derrotar a Haley, aunque expresan mucho menos temor ante su victoria que la de Trump, que ha hablado de ser un dictador durante 24 horas y aprovechar su encargo para desquitarse de sus enemigos.
“La mayoría de los demócratas que conozco están francamente aterrados ante la posibilidad de otra presidencia de Trump y por eso el presidente Biden y su equipo han subrayado en repetidas ocasiones cuán peligroso sería un segundo mandato de Trump”, indicó Lis Smith, asesora sénior de Pete Buttigieg en la campaña demócrata para las primarias de 2020. “Es posible que Haley exhiba mejores porcentajes ahora, pero bajarán a niveles reales cuando los electores sepan más sobre sus posturas y apoyo absoluto a las políticas más impopulares del Partido Republicano”.
No es la primera vez que los demócratas intentan evaluar a qué candidatos republicanos sería más fácil vencer en el otoño, una práctica de pragmatismo contra principio. En 2022, algunos demócratas respaldaron a aliados de extrema derecha de Trump en las primarias del Partido Republicano porque suponían que sería más fácil vencerlos en las elecciones generales, con todo y que habían criticado seriamente justo a esos candidatos por considerarlos peligrosos para la democracia.
Los demócratas no han repetido ese tipo de intervención en la campaña presidencial de este año. “Si alguien apoya a Trump, es porque está loco”, señaló Faiz Shakir, asesor sénior del senador Bernie Sanders, el socialista demócrata de Vermont que se postuló a la presidencia en 2016 y 2020. “Hay que tener cuidado con lo que uno desea. Sin duda, genera entusiasmo entre los electores, por lo que la preocupación en torno a los votos a favor de Biden es crucial”.
Biden ha actuado como si esperara sin duda enfrentar de nuevo a Trump y ha dejado muy claro que su única motivación es el deseo de vencer de nueva cuenta a su oponente de 2020. Hace poco, les comentó a algunos periodistas que quizá no habría contendido por un segundo mandato si Trump no estuviera intentando regresar.
No obstante, Biden también ha atacado a Haley: la semana pasada, en un discurso en Carolina del Sur, estado natal de Haley, le hizo burla por haberse negado en un principio a decir que la esclavitud había sido la causa de la guerra de Secesión cuando le hicieron la pregunta en una de sus reuniones de campaña.
Mo Elleithee, antiguo estratega demócrata que ahora funge como director ejecutivo del Instituto de Política y Servicio Público de Georgetown, explicó que es absurdo intentar predecir qué republicano sería mejor para los demócratas. “Debido a la polarización existente en nuestra política, las elecciones serán cerradas en cualquier caso”, indicó. “Deberían dejar de pensar en el candidato que preferirían enfrentar y comenzar a concentrar su energía en el hombre al que respaldan en la campaña. La contienda será difícil de cualquier forma”.