La alianza pide que Estados Unidos continué brindado apoyo al gobierno de Volodímir Zelenski
Una victoria de Rusia en la guerra contra Ucrania “haría el mundo más inseguro” advirtió al Congreso de Estados Unidos, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, según publica la agencia EFE.
No obstante, dijo estar convencido que todos los aliados de la OTAN, incluido Estados Unidos, seguirán brindando apoyo a Ucrania “porque hacerlo redunda en nuestra propia seguridad”.
Great to be back in Washington, D.C. as we prepare for the #NATOSummit here in July.
We will take important decisions on support to #Ukraine, further reinforcing #NATO deterrence & defence, and our response to greater geopolitcal competition.@SecBlinken@SecDef@jakesullivan46 pic.twitter.com/NMqtx3V1sx
— Jens Stoltenberg (@jensstoltenberg) January 29, 2024
En una rueda de prensa en Washington junto al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, el diplomático noruega apuntó que la derrota de Kiev “envalentonaría a usar la fuerza a otros líderes autoritarios”, entre los que citó a los de Corea del Norte, Irán y China.
“Hoy es Ucrania. Mañana podría ser Taiwán. Por lo tanto nos interesa que Ucrania sea una nación soberana e independiente y el apoyo que le brindemos marca la diferencia”, dijo.
#NATO SG Jens Stoltenberg on Ukraine aid:
“This is a good deal. With a fraction of the US defence budget we’ve been able to destroy & degrade the Russian army substantially”
“Most of this money is spent in 🇺🇸”
“This secures jobs in America & makes us all safer”@FoxNewsSunday pic.twitter.com/j840dCdeZD
— Dylan White (@NATOpress) January 28, 2024
En tanto Blinken, afirmó que es “absolutamente vital y necesario” que el Congreso apruebe el paquete de 61,000 millones en armas para Ucrania que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió a finales del año pasado.
En el Congreso, los fondos están bloqueados por los republicanos que creen que la contraofensiva no ha dado resultado. Además, este paquete presupuestario está condicionado a la aprobación de una partida para la política migratoria en la frontera, que los republicanos quieren bloquear hasta las elecciones de noviembre.