Todavía tendrá que debatirse artículo por artículo el martes en el Senado y peligra que el proyecto regrese a la Cámara de Diputados
Luego de tres días de debates y negociaciones contrarreloj, el gobierno del ultraderechista Javier Milei logró que se aprobara en la Cámara de Diputados por 144 votos a favor y 109 en contra, el proyecto de la llamada ley ómnibus, por la amplia diversidad de temas que contiene. El proyecto deberá ser discutido el martes por el Senado, informó la cadena France 24.
Sin embargo, Milei, aún no puede cantar victoria. Hay varios artículos que todavía deben ser discutidos en forma particular, principalmente los referidos a facultades delegadas, privatizaciones, deuda e impuesto, antes de que el proyecto pase al Senado.
El proyecto, que llegó al Congreso el pasado 27 de diciembre con 664 artículos, se redujo a la mitad luego de semanas de intensas negociaciones entre el oficialismo y los bloques de oposición dialoguistas. Uno de los capítulos que al Ejecutivo más dolor le produjo retirar fue la reforma fiscal, tras recibir fuertes críticas de la oposición.
Diputados que votaron en contra del proyecto acusaron al oficialismo y a los opositores colaboracionistas de haber negociado un acuerdo paralelo fuera del Congreso.
Para el politólogo Roberto Nolazco los tres días de debate y las desprolijidades que se sucedieron desde que Milei envió el proyecto al Congreso son producto de su inexperiencia, su arrogancia y menosprecio al adversario.
El desorden con el que transcurrieron los debates provocó un sinfín de declaraciones cruzadas durante la sesión y en las redes sociales, principalmente por los cambios minuto a minuto que se realizaban al texto.
Mientras el clima candente reinaba en el recinto, en las calles el ambiente estaba más caldeado aún. Entre miércoles y viernes se le sumaron protestas e incidentes que derivaron en una brutal represión de la policía y la gendarmería contra manifestantes de izquierda, periodistas, fotógrafos y jubilados.
La larguísima discusión, las negociaciones infinitas en Diputados, en los pasillos del Congreso y en la Casa Rosada, la violencia en la calle, más los recortes que convirtieron en bonsai el proyecto hasta dejarlo en la mitad de lo que había sido en sus orígenes, demuestran la fragilidad y precariedad en la que se desenvuelve la cosa pública, dijo el diario argentino La Nación.
La magnitud del proyecto –añadió el medio- la diversidad de asuntos abordados, la cantidad de reformas pretendidas, la ausencia de asignación de prioridades, las torpes maneras con las que el propio Milei y muchos de sus más conspicuos colaboradores pretendieron imponerlo, sumados a la falta de conducción, de negociadores con autoridad y de orden interno del oficialismo, fueron tanto o más relevantes que la acción de los opositores para complicar el tratamiento de la iniciativa.
El gran riesgo de que el Senado le introduzca modificaciones y el proyecto deba volver a Diputados está demasiado latente. Hasta los aliados ya han advertido que Milei no tiene más de un mes de gracia social para empezar a mostrar resultados, planteó La Nación.
La dificultad que tuvo el presidente Milei para lograr aprobar su proyecto de ley estrella muestra a las claras que su gobernabilidad futura no será nada fácil.
Al respecto, Samantha Olmedo, consultora política especializada en opinión pública, cree que esta situación puede traer aparejada una “futura inestabilidad política”.