SALVOCONDUCTO
La decisión de Nito de no otorgar el salvoconducto solicitado por el régimen sandinista bajo la figura de asilo político para el Loco, será el tema del fin de semana, en pleno carnaval. Lo raro es que el comunicado se refiere a injerencia del Loco en los asuntos internos, si habla desde la embajada nica donde está refugiado desde hace cuatro días.
PRESIÓN USA
Ante rumores de que Nito otorgaría el salvoconducto al Loco, la administración de Biden presionó abiertamente diciendo que dejarlo viajar a Nicaragua contribuiría a “socavar el Estado de Derecho y subvertir a la justicia”. Planteó, además, que el Loco debe “rendir cuentas ante la justicia”.
OLVIDADIZO
Ahora que le llaman el olvidadizo Biden, comentaba un chusco que Washington socavó el Estado de Derecho al excarcelar por motivos políticos al testaferro del dictador Maduro, Alex Saab, preso en Florida por lavado de dinero y una larga lista de otros delitos.
MULINO
El que salió al paso ante el rechazo del salvoconducto al Loco, fue Mulino. Dijo que su experiencia como Canciller le permite anticipar que se viene un conflicto internacional. “El derecho a calificar y decidir un asilo es potestad incuestionable del Estado que ofrece el asilo”, es su argumento.
RÉCORD DE ASILO
Un estudioso mandó esto. “Que el Loco se prepare porque el líder peruano, Víctor Haya de la Torre, estuvo cinco años, entre 1949 y 1954, refugiado en la embajada de Colombia en Perú, hasta que finalmente le dieron el salvoconducto. El tema produjo un enfrentamiento entre Colombia y Perú ante la Corte Internacional de Justicia”. Todo un récord mundial, pero eran otras circunstancias.
SALTAN DEL BARCO
Sigue saltando gente del barco de RM al agudizarse la situación legal de su abanderado presidencial. Un candidato de RM se fue ayer a apoyar al candidato a diputado de Rómulo en Santiago. Es el segundo candidato de RM que da el salto en los últimos días.
CARNAVAL
Para aquellos que ya están en modo carnaval hay que recordarles, aunque no hagan caso, que actúen con moderación y control ante el desenfreno que propicia estas fiestas de la carne y sus pasiones. Prevenir antes que lamentar, pues hay vida después del carnaval.