Milei y cómo manipular la democracia argentina sin romperla

Milei y cómo manipular la democracia argentina sin romperla
Fotografía aérea con un dron de ciudadanos en una protesta contra el gobierno del ultraderechista Javier Milei frente a la Casa Rosada. EFE/ Isaac Fontana.

Desprecia la esfera política. No nació allí. Ganó a pesar de ella. Y no le preocupa romperla

Javier Milei se ve a sí mismo ante la disyuntiva de hacer política a la vieja usanza, respetando el estatus quo. O, en las antípodas, arrasar con todo para que el reloj de la Argentina empiece de cero. La semana pasada optó por este camino, opinó este martes del diario argentino La Nación.

Milei puso a la política y a la sociedad en modo de autodestrucción con la ilusión de un reseteo purificador. El primer tiempo del proceso quedó claro. Todavía no se adivina el ingreso al segundo tiempo: el momento en que la Argentina recoge los pedazos, desbloquea la puja de intereses e inicia el camino de la racionalidad con libertad y prosperidad.

¿Qué es hacer política y qué es gobernar para Milei? Explicar siempre. Negociar cuando conviene. Romper cuando negociar irrita su identidad política. En esos tres pasos se sintetiza su acción política.

Manifestantes se movilizan durante una protesta convocada por la Confederación General del Trabajo en Buenos Aires (Argentina). EFE/Enrique García Medina

Lo explicita en su proclama difundida en X: “Cambiar las reglas”, la tituló. “No vinimos acá a seguir jugando el mismo juego empobrecedor de los políticos de siempre”, dijo. “No vinimos a continuar con la rueda del juego de la política de siempre. Vinimos a romperla”: clarísimo. Es el presidente demoledor.

Milei desprecia la esfera política. No nació allí. Ganó a pesar de ella. Y no le preocupa romperla.

Su burbuja es la de una democracia virtual en la que el territorio que gobierna se extiende de la Argentina al mundo que lo aprueba. La semana pasada fue Israel, al Vaticano, Roma. No solo sale al mundo a licuar derrotas domésticas sino porque el mundo es el territorio en el que refuerza su autoridad. Si el Congreso le da la espalda, se entrega a los brazos de las redes sociales y del planeta.

Cómo transformar la vida de una sociedad si no se transforman sus instituciones de manera estructural, es decir, por medio de la ley. Corre el riesgo de que los cambios que dependen de una voluntad política férrea y sus cinco hombres y mujeres de confianza no duren cuando el tiempo pase y otras voluntades tengan el poder.

El papa Francisco y el presidente argentino, Javier Milei durante su encuentro privado este lunes en el Vaticano de una hora de duración y donde Milei le regaló alfajores de dulce de leche y galletitas de limón. EFE/Simone Risoluti/Servicio Fotográfico Vaticano

 

“Soy presidente para superar el estatus quo que son los políticos corruptos”, dijo durante su visita a Roma que concluyó el lunes, en declaraciones que recogió este martes el diario argentino Clarín.

“Filosóficamente soy anarcocapitalista y por lo tanto siento un profundo desprecio por el Estado. Creo que el Estado es el enemigo, creo que el Estado es una asociación criminal más grande del mundo”, afirmó.

Insistió, en tanto, con su idea de retirar al Estado de la administración de la economía de la Argentina. “La única función del Estado es la defensa, la seguridad y la justicia”, planteó

Por otro lado, Steve Forbes, CEO y editor de la publicación estadunidense que lleva su apellido, le mandó este lunes un mensaje a Milei en el que le advierte que su “revolución por la libertad estará yendo hacia el fracaso sino dolariza inmediatamente la economía”, según informó Clarín.

Imagen de archivo del presidente de Argentina, Javier Milei. EFE/EPA/GIAN EHRENZELLER

 

Una propuesta de campaña de la que Milei se ha distanciado, al igual que destruir el Banco Central de Argentina, lo que ha sido criticada por el FMI y Wall Street como inviable.

Forbes criticó a “los que están preocupados” por la dolarización de la economía argentina y sostuvo que “pasan por alto un hecho enorme: Los argentinos tienen decenas de miles de millones de dólares estadounidenses escondidos tanto en el extranjero como debajo del colchón”.

 “La dolarización pondría fin a la enorme inflación, casi de la noche a la mañana, y le permitiría a su país volver a experimentar rápidamente un crecimiento real. Ahora la gente solo ve dolor, pero la dolarización pondría fin a su mayor fuente de sufrimiento”, auguró.

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