Para tratar de detener la ola de violencia que azota el país, el gobierno prolongó por un mes el estado de emergencia
El gobierno haitiano prolongó este jueves por un mes el estado de emergencia en la capital, Puerto Príncipe, horas antes de que Estados Unidos pidiera una “respuesta global” a la violencia pandillera que azota al país caribeño e instara al primer ministro a una transición “urgente”, informaron medios de prensa internacional.
La crisis en Haití “tiene proporciones humanitarias que requieren una respuesta global” como la que la comunidad internacional aplica en Ucrania o Gaza, dijo Brian Nichols, responsable de la diplomacia estadunidense para América Latina.
“Acelerar el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad es crucial” para ayudar al país, añadió.
Desbordadas por los disturbios, las autoridades extendieron el estado de emergencia en todo el departamento del Oeste, que incluye Puerto Príncipe, y prolongaron hasta el lunes un toque de queda nocturno. Ambas medidas habían vencido el miércoles.
Varias bandas criminales controlan la mayor parte de la capital y las carreteras hacia el resto del país, donde mantienen un pulso violento contra el gobierno del primer ministro Ariel Henry, cuya dimisión exigen.
El gobernante, en el poder desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en julio del 2021, debía dimitir en febrero. Pero selló un acuerdo con la oposición y anunció elecciones para marzo del próximo año.
El secretario de Estado, Tony Blinken, habló este jueves con Henry para pedirle una transición política “urgente” hacia un “gobierno más amplio e inclusivo”, según Nichols.
El primer ministro no ha logrado regresar a Haití desde su viaje a Kenia, la semana pasada, para acordar el despliegue de una misión policial internacional respaldada por la ONU. Se encuentra en Puerto Rico desde el martes.
Ese día no pudo aterrizar en el aeropuerto de la capital haitiana por motivos de seguridad, y la vecina República Dominicana le negó la entrada a su avión.
A la espera de conocer el futuro de Henry, las pandillas presionan a su manera, lideradas por el expolicía Jimmy “Barbecue” Chérizier, quien amenazó con una “guerra civil y un genocidio” si el primer ministro no renuncia.
Desde la semana pasada esos grupos armados han atacado numerosos lugares estratégicos como las comisarías, el aeropuerto internacional o varias cárceles, de las que se fugaron 4,600 presos.
“El pueblo haitiano ha sido abandonado a su suerte”, añadió, lamentando la ausencia de policías en las calles, dijo la Red Nacional de Defensa de los Derechos Humanos en Haití, al criticar la inacción del gobierno.
El Consejo de Seguridad de la ONU acordó en octubre el envío de una misión internacional de seguridad dirigida por Kenia, que prometió contribuir con 1,000 agentes. Pero su despliegue se ha visto retrasado por el sistema judicial keniano y la falta de financiación. Otros cinco países africanos anunciaron que se unirían al contingente.