Los candidatos han expuesto remedios para la crisis económica que vivimos y la falta de empleos que requieren los panameños. No es un secreto que, en esos rubros, sumados al de la educación y la salud, es que se encuentra hipotecado el futuro del país. De las áreas enfatizadas para impulsar la economía están el desarrollo turístico del país y el apoyo permanente a nuestra agricultura y actividades conexas.
Días atrás visité Boquete después de más de seis años. Lo encontré espectacular. Con mucha visión de futuro. La carretera desde David, inmejorable, y las principales calles en las áreas urbanas en buenas condiciones, aunque las laterales algo deterioradas. Para algunos, Boquete se ha llenado demasiado, quizás, porque la pasividad de un sitio hermoso, exclusivo y paradisiaco, se ha perdido con tanta gente y movimiento por todas partes. Dejó de ser de la élite social de la provincia hace rato, haciéndose mucho más popular.
Para otros, por el contrario, significa bienestar y prosperidad el que tantos extranjeros se estén mudando al sitio porque ahora en Boquete no hay desempleo y se abre el futuro a muchos emprendedores y pequeños comerciantes.
Es el sitio a visitar, no solo por los que vienen de afuera, sino para los mismos panameños. Su oferta gastronómica se engalana con los productos agrícolas que allí se cosechan y que alimentan al resto del país. Quedé con ganas de volver y, por cierto, pronto.
Como capitalino, asqueado de tanta basura acumulada por todos lados, pensé que estaba en otro país. Parecida a la sensación que existía cuando, al lado de nuestra ciudad capital y la de Colón, estaba la zona del Canal. De un lado todo limpio y ordenado. Del otro, el panameño, mucho desorden y suciedad, como si la palabra autoridad no existiese. El ejemplo de Boquete se puede replicar en muchas otras comunidades interioranas.
Para lograr que el potencial turístico del país mejore y que se impulse la agricultura a nivel nacional, además de la indispensable ayuda de la iniciativa privada, es imprescindible que las nuevas autoridades enfaticen en varios aspectos:
- Mejorar la educación de los locales. En ese rol será importante que entidades como el INADEH promuevan la formación de los jóvenes en el aprendizaje del inglés y otros idiomas, tecnología y en técnicas agrícolas modernas. Solo así se podrá afrontar con éxito el reto que significa multiplicar la afluencia de turistas y personas que se jubilen en Panamá y que más riqueza se genere a través de un recurso que, como la agricultura, podría significar tanto en el desarrollo económico de las áreas más deprimidas del país. La experiencia positiva de Chiriquí puede replantearse en otras provincias, quizás más aptas para diferentes cultivos.
- Dotar de servicios médicos a todas las poblaciones para que quien allí llegue y viva allí sienta que está seguro. La propuesta de Martín Torrijos de equipar mejor y mantener abiertos por más tiempo y los fines de semana los centros de salud, ayudará en este propósito, sobre todo a las personas que no tienen acceso a clínicas privadas.
- Nombrar a los mejores para administrar los aeropuertos panameños, algunos que prácticamente ni se utilizan, como Colón y Río Hato, buscando la manera de promover más visitantes, con el apoyo de las líneas aéreas locales para que no sea tan caro venir a Panamá.
- Designar a los más competentes en todas las entidades que promueven las actividades del campo, a fin de que actúen armónica y coordinadamente en la colaboración con el mejoramiento del sector. El Estado debe ser un facilitador, no un freno que todo lo enreda.
- Instruir a las autoridades administrativas y de policía para que valoren lo importante que es atender al visitante, para que éste se sienta bien mientras se encuentre en Panamá. Por igual, el exceso de trámites y burocracia afecta negativamente a un sector que, como el agrícola, requiere de agilidad. Tanto al turismo como al agricultor hay que garantizarle que quien asuma las riendas del Estado no puede tolerar más los cierres de vías y calles que tanto afectó a los sectores productivos en las protestas contra la mina, sobre todo en la provincia chiricana.
Panamá puede crecer mucho más de lo que se prevé. Para ello, además de un gobierno honesto y transparente, requerirá del concurso de los mejores y de la creatividad necesaria para dotar de más oportunidades a todos los panameños.