Rusia se empeña en culpar a Ucrania, sin aportar pruebas, pese a que el Estado Islámico reivindicó el atentado
Alexander Lukashenko aseguró este martes que los supuestos autores del atentado del pasado viernes en la sala de conciertos a las afueras de Moscú, que se cobró la vida de al menos 139 personas, trataron primero de huir a Bielorrusia, pero se vieron disuadidos por los puntos de control fronterizos.
“Por eso no pudieron entrar en Bielorrusia. Lo vieron. Por eso se dieron media vuelta y se fueron a la sección de la frontera ruso-ucraniana”, subrayó el presidente bielorruso durante una visita a tropas desplegadas cerca de la frontera con Lituania, informó el diario español La Razón.
Lukashenko contradijo así la versión del autócrata ruso, Vladimir Putin, que difundió 19 horas después del atentado que los sospechosos habían sido detenidos mientras conducían por la región de Briansk, cerca de la frontera con Ucrania, donde dijo que pretendían entrar. El jefe del Kremlin llegó a asegurar, sin presentar pruebas, que los presuntos asaltantes tenían una “ventana” para cruzar la frontera y buenas conexiones al otro lado, pese a la reivindicación de la autoría por parte del Estado Islámico.
El lunes, Putin acabó reconociendo que fueron los “islamistas radicales” quienes perpetraron la masacre, pero que quería conocer quién era el autor intelectual.
El dictador ruso deslizó también que el atentado podría ser “un eslabón más en la serie de intentos de quienes luchan contra la Federación de Rusia desde el 2014 bajo el régimen de Kyiv”. Una hipótesis sobre la que no existe ningún indicio que, sin embargo, abona ahora el servicio ruso de seguridad (FSB) y todo el aparato del Estado.
Alexander Bortnikov, jefe del FSB, declaró este martes que, aunque no se ha determinado aún quienes habían “ordenado” el ataque, los asaltantes planeaban huir a Ucrania y allí se disponían a ser “recibidos como héroes”.
“Pensamos que la acción fue preparada por islamistas radicales y que, por supuesto, fue facilitada por servicios especiales occidentales, y que los servicios especiales ucranianos están directamente implicados”, insistió, en forma descarada, sin aportar ninguna prueba.