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Los fallos de seguridad detrás del atentado en Moscú

Los fallos de seguridad detrás del atentado en Moscú
La Policía rusa permanece en guardia cerca de la sala de conciertos en Krasnogorsk, afuera de Moscú. EFE/MAXIM SHIPENKOV

Con información muy específica y servicios de seguridad bien entrenados, es difícil desbaratar acciones terroristas internacionales encubiertas

Una semana después del atentado en el centro de conciertos Crocus City Hall de Moscú, el país sigue sin entender el por qué lo sucedido, mientras se sigue investigando y muchos de los heridos continúan hospitalizados, informó el diario español La Razón.

Desde que el autócrata Vladimir Putin llegó al poder en 1999, Rusia ha sufrido en varias ocasiones los ataques del terrorismo checheno y después islamista. Seis de los 20 atentados más mortíferos del mundo, en los últimos 50 años, se han perpetrado en suelo ruso.

Se enciende un fuego en la sala de conciertos Crocus City Hall tras un tiroteo en Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, Rusia.Foto: EFE/EPA/MAXIM SHIPENKOV

La pacificación de Chechenia a costo de gran represión y asesinatos ha sido, sin duda, una de las mayores victorias de Putin, descartando cualquier amenaza desde esa región. Pero el Kremlin siempre ha mirado con recelo la proliferación de grupos étnicos tayikos radicalizados, algo que se ha visto estos días tras la detención de los cuatro hombres sospechosos de llevar a cabo el ataque, procedentes de Tayikistán.

Se sabe que la agencia responsable de combatir el terrorismo en Rusia se llama Segundo Servicio y es una rama del Servicio Federal de Seguridad, o FSB, que hasta hace uno años se había especializado en extremistas islamistas, bandas de asesinos y grupos neonazis locales.

Imagen de archivo del Kremlin en Moscú (Rusia). EFE/EPA/YURI KOCHETKOV

Con el paso del tiempo, y sobre todo a raíz de la guerra con Ucrania, la lista de objetivos de este departamento se ha incrementado para dar cabida a todo lo que pudiese significar una amenaza a la estabilidad de Rusia.

Según analistas consultados por medios como el New York Times, esto ha podido suponer un descenso en el trabajo efectivo contra esas amenazas reales.

El relato completo de lo que realmente sucedió hace siete días aún no está claro, y funcionarios estadounidenses y europeos, así como expertos en seguridad y contraterrorismo, enfatizan que incluso en las mejores circunstancias, con información muy específica y servicios de seguridad bien entrenados, es difícil desbaratar complots terroristas internacionales encubiertos.

Dos de las personas implicadas en el atentado terrorista en Moscú. EFE/RUSSIAN INVESTIGATIVE COMMITTEE PRESS

El 7 de marzo, justo un día después de que la embajada de Estados Unidos en Moscú advirtiera de un posible atentado terrorista, el FSB anunció que había aniquilado a dos ciudadanos kazajos al suroeste de la ciudad, desbaratando un complot para atacar una sinagoga. Paralelamente, el nivel de seguridad en la capital rusa se elevó pudiendo ser una de las causas por las que los terroristas pudieron posponer la fecha de su ataque, que podría haber sido programado para varios días antes.

Moscú, que sigue investigando lo sucedido en el Crocus City Hall. Imponiendo el relato de una conexión con Ucrania el régimen ruso dijo tener evidencia de que los terroristas detenidos estaban vinculados a “nacionalistas ucranianos”.

Moscú aseguró, sin pruebas, que los atacantes habrían recibido cantidades significativas de efectivo y criptomonedas de Ucrania, algo que se apresuró a desmentir el gobierno de Kiev.

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