Qué ocurrió con la cruz en la que murió Jesús

Qué ocurrió con la cruz en la que murió Jesús
Foto, Archivo.

Monasterios e iglesias alrededor del mundo dicen tener trozos de la llamada “vera cruz” en sus altares, algo imposible según expertos

Según el relato en el que fundan sus creencias los cristianos, Jesús de Nazaret murió crucificado por orden del entonces prefecto romano en Judea, Poncio Pilato, y su tránsito hasta esa muerte -una serie de episodios conocidos como la Pasión- es uno de los elementos centrales que se conmemoran en la Semana Santa.

Tan central fue la crucifixión en la historia del cristianismo, que la cruz finalmente se convirtió en el símbolo de las religiones que profesan devoción a la figura de Jesucristo.

Pero, ¿qué pasó con aquella cruz donde ocurrió su muerte? Decenas de monasterios e iglesias alrededor del mundo señalan tener al menos un trozo de la llamada “vera cruz” en sus altares, para la alabanza de sus fieles.

Foto. EFE/Jorge Zapata

Y muchos de ellos basan la veracidad del origen de sus reliquias en textos de los siglos III y IV, que narran el hallazgo en Jerusalén del trozo de madera preciso donde fue ejecutado Jesucristo por los romanos.

“Ese relato, que incluye al emperador romano Constantino y a su madre, Helena, fue el iniciador de esta historia de la cruz de Cristo, que ha llegado hasta nuestros días”, le explicó a BBC Mundo Candida Moss, profesora de Historia de los Evangelios y Cristianismo Temprano en la Universidad de Birmingham.

“Muy probablemente ese madero no sea la cruz donde fue crucificado Jesús, porque pudieron pasar muchas cosas con ese pedazo de madera. Por ejemplo, que los romanos la hayan reutilizado para otra crucifixión, en otro lugar y con otras personas”, señala Moss.

Foto/https://contraste.info/

Entonces, ¿por qué surgió la historia de la “vera cruz” y por qué hay tantas piezas que supuestamente son parte del “madero mayor”?

Fue hacia el siglo IV que se cree que el obispo e historiador Gelasio de Cesarea publicó un relato en su libro La historia de la Iglesia sobre el hallazgo en Jerusalén de la “vera cruz” por parte de Helena, santa de la Iglesia católica y, además, la madre del emperador romano Constantino, quien impuso el cristianismo como religión oficial del Imperio.

Parte de la cruz adjudicada a la misión de Helena fue llevada a Roma, la otra se quedó en Jerusalén. De acuerdo con la tradición, gran parte de los restos se encuentran conservados en la basílica de la Santa Cruz de Roma.

Foto/plazadearmas.com

Con el “hallazgo”, la expansión del cristianismo por Europa durante la Edad Media y la cruz que se tornó en el símbolo universal de esta religión, también comenzó la multiplicación de fragmentos que fueron a parar a otros templos.

Junto a la evidencia física, los concilios de Nicea, en el siglo IV, y de Trento, en el siglo XVI, le dieron validez espiritual a la devoción de esas reliquias, que quedaron consignadas en el catecismo.

El teólogo francés Juan Calvino señaló en el siglo XVI, en medio de un auge del tráfico de reliquias donde abundaron los trozos de la llamada “vera cruz” repartidos por iglesias y monasterios, que “si quisiéramos recoger todo lo que se ha encontrado de la cruz, habría suficiente para cargar un gran barco”.

Foto/Guioteca.

Recientemente, Baima Bollone, catedrático de la Universidad de Turín, señaló en un estudio que si se juntaran todos los fragmentos que afirman ser parte de la cruz de Cristo “solo alcanzaríamos a reunir el 50% del tronco principal”.

“No hay una sola evidencia que respalde que la cruz hallada por Helena en Jerusalén, o por cualquier otra persona, sea la verdadera cruz donde murió Jesús. La historia de la procedencia es ridícula. Y el carácter milagroso de que se puede recomponer, no importa cuántos pedazos saques de ella, también”, escribió Kickell.

Tanto para Moss como para Goodacre, la posibilidad de encontrar la verdadera cruz de Cristo es muy remota.

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