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Joselu resucita el Real Madrid con 2-1 de los imposibles

Joselu resucita el Real Madrid con 2-1 de los imposibles
El delantero del Real Madrid, Joselu, celebra el segundo gol del equipo madridista durante el encuentro correspondiente a la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones que disputaron Real Madrid y Bayern de Munich en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid. Foto: EFE, Juanjo Martín.

El equipo en Múnich aceptó la propuesta que le planteó el técnico alemán, que se parapetó con tres centrales y líneas juntas

Un doblete de Joselu en tres minutos mágicos, entre el 88 y el 91, resucitó al Real Madrid de los imposibles con una nueva remontada para la historia, en el premio a un equipo irreductible que levanta cualquier tipo de situación en contra, al borde del k.o tras el gol de Davies, con una reacción bajo el liderazgo de Vinícius y los cambios de Carlo Ancelotti para buscar la decimoquinta en Wembley, informó la agencia EFE.

De Rodrygo ante el Manchester City en la última conquista de la ‘Champions’ a Joselu Mato frente al Bayern en otra semifinal para el recuerdo. Nombres para la eternidad del rey de Europa. De un Real Madrid bendecido en la Liga de Campeones, que nunca se da por vencido y con el impulso del Santiago Bernabéu supera cualquier dificultad que se le presenta. Por extrema que sea.

 

Foto: EFE, Mariscal.

En el templo donde el himno de la Liga de Campeones se canta con tanta potencia como el propio. Cuando el Bayern rozaba la reedición de la final alemana, once años después, ante el Borussia Dortmund, castigando al Real Madrid con su propia medicina. Con Neuer inconmensurable hasta un error que cambió el rumbo y levantó de la lona a un equipo que lo da todo hasta el último segundo para derrotar por primera vez a Tuchel en el Bernabéu.

Un Real Madrid más intenso y determinante que en Múnich aceptó la propuesta que le planteó el técnico alemán, que se parapetó con tres centrales y líneas juntas.

Entregó el balón y, desde una buena defensa, esperó confiado en la transición. En la visión de Kane y la velocidad de sus extremos pegados a línea de cal. Carvajal, pletórico, frenó a Gnabry. Mendy sufrió a su espalda ante Sané.

 

Foto: EFE, Juanjo Martín.

Desde su buen posicionamiento buscó un partido largo el Bayern. Exigió al Real Madrid a apelar a una gran versión si quería disputar la final.

Consciente de que la pólvora alemana castigaría cualquier error, por pequeño que fuese, en un encuentro entre gigantes que se decidiría por los pequeños detalles que separan el éxito del intento. Ahí aparecen jugadores incansables. Los brasileños Rodrygo y Vinícius enfrentándose a gigantes.

Alejados de las bandas, donde desequilibraron cuando se dejaron caer, para presentar alguna opción de remate. Con el riesgo de ser castigado con su propio sello, como sintió Tchouaméni en una peligrosa pérdida, el Real Madrid fue dando pasos al frente con control. Al ritmo de Kroos. Con Valverde impreciso y Bellingham sin encontrar su sitio para saldar cuentas pendientes con el Bayern.

Solo desde la picardía de Carvajal, en un balón que todos se quedaron mirando para ver si salía por línea lateral mientras el banderín del juez de línea ya estaba levantado. El saque rápido del lateral encontró a Vinícius y un latigazo seco que repelió el poste antes de que Rodrygo perdonase el rechace. Vencedor Neuer desde el suelo para salvar al Bayern.

 

Foto: EFE, Mariscal.

Una de esas acciones claves en un duelo tenso repleto de igualdad, de duelos onstantes, intenso, con sabor a final. Dos equipos que se pueden mirar en el espejo para encontrar similitudes. Si Carvajal puso un pase tenso a la zona de gol.

En la siguiente acción lo emulaba Gnabry. A la ocasión clara de ‘Vini’ respondió sin necesidad de elaboración alguna Kane. De la nada, de un despeje centrado, enganchó un disparo ante el que voló Lunin para sacar una mano abajo. Firme en un duelo de grandeza sintiendo ya la presión de Courtois en el banquillo.

Se marchó de la batalla antes de tiempo por un problema muscular Gnabry, sin cumplir la predicción de gol de su entrenador, que dobló el lateral izquierdo con el deseado Davies. Sin Musiala en su esplendor, jugado tocado, apareció la figura de un portero eterno que sostuvo el duelo. Sacando uno de esos centros con veneno que si no encuentran rematador se cuelan en la portería rival tras bote por la reacción tardía del arquero.

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