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“El mundo se ha dado cuenta que no podemos caer en manos de China”, afirma canciller de Taiwán

“El mundo se ha dado cuenta que no podemos caer en manos de China”, afirma canciller de Taiwán
Helicópteros izan banderas gigantes de Taiwán mientras vuelan cerca de la torre 'Taipei 101' durante un ensayo por la conmemoración del Día Nacional del Taiwán. Foto: EFE

Si bien se mantiene en estado de alerta constante, Taiwán no cree que China avance hacia la isla con fuerza militar

“¿Cuáles son los tres mayores problemas que enfrenta Taiwán? El primero, China. El segundo, China. Y el tercero, China”.

Con esa contundencia habla el canciller Joseph Wu al hacer referencia a las dificultades que enfrenta la isla para establecer relaciones comerciales con los países de Latinoamérica, entre ellos, Argentina. “Es un país lejano”, reconoce en una charla con el diario argentino Clarín.

Pero, más allá de la injerencia diplomática del gobierno de Xi Jinping, el ministro de Asuntos Exteriores advierte que el mundo ya está empezando a darse cuenta de que no puede caer en manos del gigante asiático.

 

El canciller de Taiwán, Joseph Wu. Foto: A. Internacional

Amenaza militar, hackeos y promesas incumplidas a países aliados son algunas alarmas que endilga Taiwán con preocupación para hacer alusión a las repetidas presiones de la República Popular China. Esas que, de alguna manera, imposibilitan a la isla acercarse a Sudamérica y que, actualmente, solo le permiten establecer relaciones diplomáticas con Paraguay.

En el caso de Argentina, la llegada de Javier Milei al Ejecutivo despertó un atisbo de esperanza, luego de que el libertario se haya manifestado en más de una oportunidad en contra del comunismo ejercido por China. Sin embargo, el gobierno de Xi sigue metido en el medio. Por eso, desde la isla saben que afianzar los lazos comerciales con Argetnina no es tarea sencilla.

“Es un país lejano pero lleno de atractivos”, lo define Joseph Wu, durante una conferencia brindada en la sede del ministerio de Asuntos Exteriores de Taiwán frente un grupo de periodistas de toda Latinoamérica.

 

Despega la sonda china Chang 6 para recoger muestras de la cara oculta de la Luna. Foto: EFE/EPA/XINHUA / Guo Cheng CHINA.

En cada una de sus palabras, Wu afronta la realidad, esa que ubica a China como un obstáculo difícil de quebrantar comercialmente, pese a ser ellos quienes tienen en su poder la industria de los semiconductores, los famosos microchips con los que buscan cautivar y acercarse de alguna manera al resto del mundo.

Desde hace años, el gigante asiático reclama la isla de Taiwán como propia y bloquea cualquier intento de sumarse a organismos internacionales como las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud. Incluso, despliega una diplomacia agresiva para que pocos países del planeta tengan embajadas taiwanesas en su territorio.

La Argentina, por caso, no reconoce a Taiwán, que tiene en Buenos Aires su Oficina Comercial y Cultural, a cargo del embajadora Florencia Miao-hung Hsie, ubicada a pocos metros de la Casa Rosada.

 

Personas participan en una manifestación. Buenos Aires (Argentina). EFE/Juan Ignacio Roncoroni

“La amenaza de China a la que se enfrenta Taiwán es diaria e incesante”, refiere Wu al ser consultado por Clarín.

“Como en los últimos años, la línea media del Estrecho de Taiwán ha sido un símbolo para mantener la paz y la estabilidad. Sin embargo, desde agosto del año pasado los aviones de combate de China han estado cruzando constantemente la línea media del Estrecho, e incluso a veces se han acercado mucho a Taiwán”, advierte.

“Así es que están aumentando la presión sobre Taiwán con la esperanza de que nosotros cedamos bajo su presión, pero seguiremos resistiendo ya sea la coerción militar, económica o este tipo de coerción híbrida”, avisa Wu.

Para el canciller, cada vez más países se preocupan por la paz y la estabilidad en el Estrecho y ese gesto “se convertirá en una fuerza disuasoria para China”.

 

Foto: Pixabay

“Esto se debe a que les preocupa que el impacto económico causado por la guerra aquí se extienda a todo el mundo”, explica, y pone como ejemplo la invasión rusa a Ucrania que ya ha causado estragos económicos.

Un “salvoconducto” taiwanés para desgranar el asedio chino es su rol tecnológico, de la mano de su nave insignia: TSMC (Taiwán Semiconductor Manufacturing Company).

La firma taiwanesa es la principal productora mundial de microchips. El 60% de los productos de esos semiconductores provienen de la isla y más del 90% de los chips de alta gama.

Taiwán se transforma así día a día es un eslabón indispensable en la cadena de suministro global. Por eso, explica Wu, “el mundo también se ha dado cuenta de que Taiwán no puede caer en manos de China, porque si los semiconductores caen en sus manos o si esta cadena de suministro sufre algún impacto, todo el mundo se verá afectado”.

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