La zona es una “joya preciosa” con un rompeolas natural de ocho kilómetros y profundidades de más de 30 metros, sin dragado
Una empresa de la tribu Apache de Estados Unidos contruye un megapuerto en el sur de Chile para megabuques que, por su tamaño, no pueden pasar por los canales de Panamá o Suez, lo que los obliga a navegar por las costas chilenas o africanas en sus rutas desde y hacia el Oriente, informó este domingo el diario chileno La Tercera.
Copiaport-E se llama la iniciativa de $450 millones, manejada por la firma St. Matthew Assurance Limited.
La tribu-nación Chiricahua Apache, originaria de Estados Unidos, compró en el 2019 el negocio a un aproblemado millonario brasileño, modificándolo sustancialmente.
Levantarán dos terminales para barcos de gran calado. El presidente de la firma dijo que la zona es una “joya preciosa” que “ningún otro puerto en Chile puede ofrecer”: Un rompeolas natural de ocho kilómetros y profundidades de más de 30 metros, sin dragado. Aquí detalla los planes.
Ahora se llama Copiaport-E, con la E de “ecológico”. No contempla una ciudad a su alrededor, tampoco dragar el lecho marino ni mucho menos relocalizar a las comunidades del entorno. Ya han invertido $13 millones en los nuevos estudios ambientales.
El 27 de diciembre del 2023, la firma St. Matthew Assurance Limited, matriz de Copiaport-E en el país, recibió la autorización del Servicio de Evaluación Ambiental de la Región de Atacama para iniciar una nueva etapa de participación ciudadana del proyecto, debido a todas las modificaciones que le hicieron.
Cuando decidieron tomar el control, contemplaron “desde el primer día” incluir camiones eléctricos en la operación, plantas solares para la energía y diversas formas de reducción de las emisiones de CO2.
St. Matthew Assurance Limited (SMA) es un grupo financiero que nació como aseguradora en 1998 y atiende principalmente al mundo indígena estadunidense. Maneja una cartera global de inversiones y el proyecto en Chile se hará con recursos propios.
La mirada de los nuevos controladores de Copiaport-E está puesta en los megabarcos que, por su tamaño, no pueden pasar por los canales de Panamá o Suez, lo que los obliga a navegar por las costas chilenas o africanas en sus rutas desde y hacia el Oriente.
Actualmente, por ejemplo, las mineras brasileñas deben pasar bordeando el cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica para llegar a Asia con sus productos. Si hubiera un puerto de esos calados en la costa pacífica sudamericana, podrían enviar su carga por tierra para después embarcarla.
Lo mismo sucede con la producción argentina. Las provincias que limitan con Atacama necesitarán -en la medida que avance la liberalización de ese país- un puerto de gran capacidad para empezar a sacar sus exportaciones.