Renuevan acuerdo para promover medidas de fomento de la confianza, resolver incidencias y apoyar proyectos de desarrollo
La Unión Europea (UE) renovó su acuerdo con la Organización de los Estados Americanos (OEA) hasta 2027 y le destinará $3.2 millones para que continúe con la mediación en el conflicto territorial entre Belice y Guatemala, informó la agencia Europa Press.
“Este nuevo proyecto asegura la continuidad de la misión de consolidación de la paz y reafirma el compromiso de ambas entidades con la paz y la estabilidad en la región”, señaló la OEA, en un comunicado.
Precisó que este nuevo acuerdo permitirá que continúen trabajando estrechamente con las autoridades de ambos países a fin de promover medidas de fomento de la confianza, resolver incidencias y apoyar proyectos de desarrollo comunitario que beneficien a las poblaciones locales.
“Este esfuerzo conjunto busca no sólo contribuir a la resolución pacífica del diferendo territorial, sino también a la mejora de la calidad de vida en la región”, señaló el organismo internacional.
El secretario general de la OEA para los asuntos Belice-Guatemala, Agustín Espinosa, agradeció la asistencia financiera asistencia financiera de la OEA en la zona desde el 2012, y reconoció que se trata de “un socio esencial en este esfuerzo”.
En 2019, Guatemala y Belice llevaron ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) la disputa en torno a la delimitación de su frontera terrestre, tal y como decidieron ambos países en sendos referendos.
Esta decisión se dio después de que, en el 2008, los dos países alcanzaran un Acuerdo Especial por el que decidieron encargar a la CIJ la resolución de la disputa territorial, siempre y cuando fuera ratificado por sus respectivos pueblos en referéndum.
Guatemala celebró la consulta popular el 15 de abril de ese año, con un 95% de los votos a favor de remitir el caso a la CIJ. Belice lo hizo el 8 de mayo del 2019 con el mismo resultado, pero un menor apoyo de solo el 55%.
Belice se independizó en 1981 y Guatemala lo reconoció como Estado independiente años después, en los 90, pero nunca ha aceptado sus fronteras porque reclama unos 11,000 kilómetros cuadrados, casi la mitad del territorio beliceño.