Repite la postura tradicional argentina de resolver la cuestión mediante negociaciones bilaterales con el Reino Unido
La canciller argentina, Diana Mondino, proclamó este martes en la ONU que “las Malvinas son y serán argentinas”, en su primera visita al organismo internacional para participar en el debate anual del Comité Especial de Descolonización de la Asamblea General de la ONU, informó la agencia EFE.
Las Malvinas son uno de los 17 territorios que la ONU considera “pendientes de descolonización” y cada año ese comité especial dedica una sesión especial para cada uno de ellos, en los que se da la voz a los distintos contendientes.
No suele ser habitual que el canciller viaje a una sesión que es casi de rutina, pero el gobierno de Javier Milei quiso mandar este año a la jefa de la diplomacia, quien vino acompañada de representantes de los gobiernos territoriales del extremo sur argentino (Tierra de Fuego y Antártida), vecinos de las Malvinas.
Mondino recordó la postura tradicional argentina de resolver la cuestión mediante negociaciones bilaterales con el Reino Unido, unas negociaciones sobre la soberanía de esas islas que preservaría en todo caso un régimen de salvaguardas especiales para los 2,840 habitantes de esas islas, hoy bajo soberanía británica.
La reclamación de las Malvinas “no significa que la Argentina sea indiferente a los intereses, bienestar o prosperidad de los isleños”, dijo Mondino.
La canciller se comprometió a mantener “una actitud constructiva respecto de los habitantes de Malvinas, teniendo en cuenta sus intereses, de conformidad con nuestra Constitución Nacional y la Resolución 2065”.
Mondino anotó que la reclamación de las Malvinas es un tema “compartido por todo el pueblo argentino, y se encuentra plasmada en la Constitución Nacional: La recuperación del ejercicio pleno de nuestra soberanía sobre las Islas y los espacios marítimos circundantes, de conformidad con el derecho internacional y respetando el modo de vida de sus habitantes”.
Como suele ser habitual, el Reino Unido no envió a ningún representante del gobierno central y dejó que fueran representantes locales de las Malvinas (Faklands en inglés) quienes tomaran la palabra en defensa de un supuesto “derecho de autodeterminación” local.