Los recientes viajes del autócrata ruso Vladimir Putin a Corea del Norte y luego a Vietnam donde alcanzó alianzas estratégicas de defensa y seguridad, es un giro geopolítico que marca un nuevo escenario para la nueva administración en Panamá, y la que inicia en enero del 2025 en Estados Unidos.
Putin consolidó una alianza militar Indo-Pacifico con China, Corea del Norte y Vietnam, abonando el escenario de guerra en aumento, que nos afecta como país. Y eleva nuestra importancia geoestratégica.
Rusia desarrolla su diplomacia de tiempo de guerra. Da un paso estratégico al incrementar su influencia en el Pacífico. Sin olvidarnos de la demostración de músculo al enviar una flotilla de barcos de guerra a Cuba.
El poder marítimo es la capacidad de crear, explotar, y defender los intereses marítimos de un país tanto en tiempos de paz como en tiempos de guerra.
Bien se ha dicho quien controla los mares, controla el mundo. Controla las rutas marítimas y los estrechos como es el caso del Canal de Panamá. “Seguimos bajo el paraguas del Pentágono”, reconoció mi General Omar Torrijos, cuando se firmaron los Tratados del Canal.
La vieja teoría del ideólogo del poder naval de Estados Unidos, el contraalmirante de Alfred T Mahan (1840-1914), de usar el mar en su beneficio, era materia de estudio del curso de Estado Mayor en la antigua Escuela de las Américas.
Ahora Putin viene a desafiar a los Estados Unidos, en el control del Pacifico aumentando su presencia militar con sus aliados.
La firma de un pacto entre Kim Jong-un y Vladimir Putin de asistencia mutua en caso de agresión contra una de las partes, eleva a “nuevo nivel de alianza” y acelera la creación de un “mundo multipolar” donde ningún país dominante pueda ejercer un poder hegemónico, resaltó Kim, acorde con el guion del Kremlin.
Mientras que en Hanoi Putin, dijo que quería construir una “arquitectura de seguridad confiable” en la región de Asia y el Pacífico durante una visita a Vietnam, parte de un viaje a Asia visto como una muestra de desafío al oeste.
Este escenario de guerra en el Indo-Pacífico es previsible en el presente quinquenio que inicia la nueva administración en Panamá.
Tiene la grave responsabilidad de desempeñar un rol geoestratégico y geopolítico en su asiento por dos años en el Consejo de Seguridad en la ONU. A partir del primero de enero próximo, estaremos en la primera fila de los acontecimientos mundiales y las decisiones globales.