Las aulas sufren su grave crisis demográfica, que ya plantea retos también en materia de defensa
En pocos lugares las crisis demográficas se sienten con más fuerza que en las escuelas e institutos. Lo ha demostrado Corea del Sur. Lo ha demostrado Japón, y todo indica que lo demostrará también con contundencia implacable Taiwán, informó la agencia Xataka.
Con su tasa de natalidad por los suelos desde hace años y sin visos de que su pirámide poblacional vaya a revertirse a corto plazo, en Taipéi contemplan con preocupación su amplia oferta de escuelas, institutos y facultades.
El dilema es muy sencillo: Sin niños, de poco sirven sus aulas. Al igual que ocurre en Japón, ya hay centros que están cerrando. Y todo indica que lo harán muchos más en el futuro.
El problema es casi más peliagudo que el pulso de Taiwán con China.
Al igual que Japón, Corea del Sur u otras naciones del Este asiático u Occidente, Taiwán afronta un escenario demográfico complejo.
Los gráficos del National Development Council (NDC) muestran que, salvo por un pequeño repunte hacia el 2012, su tasa de fertilidad lleva tiempo cuesta abajo. Si en el 2002 se situaba en 1,34 el año pasado el indicador marcaba ya 0,865.
En cuanto al volumen de nacimientos, la isla ha visto cómo sus registros se desplomaban de forma acuciada: En cuestión de dos décadas pasó de 248,000 a 136,000, la cifra del 2023.
Con sus datos actuales Taiwán se sitúa lejos de la tasa de remplazo generacional, de 2.1 hijos por mujer, lo necesario para mantener el nivel de una población.
Con menos bebés Taiwán necesita menos escuelas e institutos. No es un caso único. Ya ha ocurrido en otras partes de Asia. Pero no por ello el fenómeno y sobre todo las cifras que manejan en Taipéi resultan menos llamativas y preocupantes.
Las previsiones a corto y medio plazo no son mucho mejores. En marzo Taipei Times revelaba que 13 institutos privados de educación secundaria y profesional se arriesgan a un cierre inminente el año que viene, si no resuelven sus problemas operativos.
Y si bien el diario taiwanés no ahonda en detalles, desliza que los efectos de la caída de la tasa de natalidad se están extendiendo desde los centros de formación secundaria a las facultades.
Los institutos no son los únicos en resentirse por el pinchazo demográfico taiwanés.
Menos bebés conlleva también más dificultades para fichar personal para el ejército, como dejó claro en el 2022 Taiwán, cuando se encontró con su nivel más bajo de reclutamiento de la década.
Los aspirantes que manejaba a comienzos de ese año suponían el 85,3% de su meta y las autoridades hablaban directamente de los “grandes desafíos” de la baja natalidad.
Desde entonces a esas preocupaciones se añade otra, muy relacionada: Las frecuentes tensiones cada vez más evidentes entre sus autoridades y las de Pekín. “Ya hay muchos menos jóvenes disponibles para el servicio militar en Taiwán que hace una década.