África denuncia violencia del Estado Islámico y de mercenarios rusos del Grupo Wagner que apoyan al régimen de Bamako
La Dirección de Protección Civil de Níger ha reconocido este jueves de que al menos 27 personas han muerto y casi 1,500 se han quedado sin hogar como consecuencia de unas inundaciones que han afectado a 31 de los 36 departamentos en los que se divide el país, informaron medios de prensa internacional.
Otras 27 personas han resultado heridas por el desastre, que ha causado daños en 49 municipios y 111 aldeas, afectando a más de 10,600 personas. De igual forma, se han perdido más de 10.500 cabezas de ganado. La región más afectada es la de Maradi, con siete muertos y una docena de heridos.
Níger se encuentra actualmente en plena estación lluviosa, una época que comprende desde el mes de junio hasta septiembre.
Entre tanto, en Sudán, otra nación africana, al menos 14 personas han muerto, entre ellas nueve mujeres, en el naufragio frente a las costas de Senegal de una embarcación en la que había alrededor de un centenar de migrantes, si bien no hay un balance oficial de víctimas.
Una fuente médica consultada ha confirmado los 14 fallecimientos, si bien otras fuentes hablan de una treintena de muertes. La canoa volcó en la noche de este martes a la altura de Ndiago, al norte de la capital, Dakar. Entre las víctimas había ciudadanos guineanos y gambianos.
Por otro lado, al menos 21 personas han muerto en un ataque de la organización terrorista Frente de Liberación del Macina, fundador del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, rama de Al Qaeda que opera en Malí, perpetrado contra el pueblo de Djiguibombo, situado en la región central de Bandiagara.
El ataque tuvo lugar el martes por la tarde durante la celebración de una boda, si bien la cifra de fallecidos aún es provisional debido al caos generado tras la destrucción del pueblo, de mayoría dogón.
Los ciudadanos locales han confirmado que hay personas desaparecidas y que los asaltantes prendieron fuego a las viviendas, a los graneros y al centro de salud, además de llevarse al ganado. Tras ello, atacaron el cercano pueblo de Sokorokanda, matando a otras dos personas.
Malí y el resto de los países del Sahel han experimentado un recrudecimiento de la violencia, tanto yihadista de manos de las ramas de Al Qaeda y Estado Islámico, en medio de las denuncias sobre abusos por parte del Ejército y los mercenarios rusos desplegados por el Grupo Wagner en apoyo a Bamako para hacer frente a la inseguridad.