Estados Unidos no apoyaría una guerra abierta contra la milicia libanesa
La segunda ola de explosiones controladas a distancia en el Líbano inaugura una nueva fase en la estrategia de Israel contra Hezbulá, la milicia chií libanesa cuyos miembros fueron atacados este martes y miércoles dejando más de 30 muertos y miles de heridos.
Todos los ojos dentro y fuera de Líbano miran a Israel como responsable de los dos ataques coordinados que hicieron estallar buscapersonas y walkie-talkies, informó el diario español La Razón.
Hezbulá y su socio Irán han prometido reaccionar a esta agresión. De momento, la organización terrorista libanesa disparó 20 cohetes este miércoles contra Israel después de las explosiones, según informaron funcionarios israelíes. Todos fueron interceptados.
Cabe recordar que la milicia chií tiene unos 100,000 cohetes para lanzar contra Israel, si bien su capacidad de hacer daño es bastante reducida ya que el Cúpula de Hierro del ejército hebreo neutraliza todos los proyectiles enviados desde Líbano.
Poco después de las explosiones, Yoav Gallant, ministro de Defensa de Israel, dijo que el país estaba trasladando al norte su fuerza militar con el despliegue de su ejército en la la zona que linda con Líbano, para una “nueva fase” de la guerra de 11 meses que ha durado desde los ataques de Hamas el 7 de octubre del año pasado.
Las declaraciones despertarán temores de un ataque israelí a gran escala contra Hezbulá en el Líbano y la posible entrada de tropas israelíes en territorio libanés.
Sin embargo, los expertos advierten de que Estados Unidos se opondrá a una invasión de ese tipo, que también tendría un alto costo político en Israel. Israel señaló esta semana que el retorno de unos 60,000 evacuados a sus hogares en el norte del país era un objetivo oficial de la guerra.